El laboratorio de robótica de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich acaba de marcar un nuevo hito en el deporte, aunque no tiene que ver con ningún humano. Su protagonista ha sido un robot cuadrúpedo llamado ANYmal-D, que ha aprendido a jugar al bádminton de forma autónoma gracias a un sistema de inteligencia artificial basado en aprendizaje por refuerzo. 

Este robot suizo que juega al bádminton mejor que tú

El protagonista de este artículo no se limita a mover la raqueta, sino que lo hace corriendo, saltando y anticipándose a los golpes rivales como si llevara años entrenando en un polideportivo suizo. Lo que hace especial a este proyecto no es solo la habilidad técnica, sino la integración completa entre percepción visual, locomoción y manipulación física

ANYmal-D ha sido equipado con una cámara estéreo y un brazo dinámico capaz de golpear el volante a velocidades reales. Su control se entrena en simulaciones que tienen en cuenta los errores visuales por el movimiento y logra una coordinación cuerpo entero que recuerda a la de un jugador profesional, aunque de índole tecnológica.

Tal y como se explica en el comunicado publicado en el medio EurekAlert, “el método ofrece una plantilla para implementar manipuladores con patas en otras tareas dinámicas donde la detección precisa y las respuestas rápidas de todo el cuerpo son fundamentales”. El sistema entrena brazos y piernas a la vez, con lo que cuando el brazo se mueve para golpear, las patas ya están compensando el cambio de peso. Este enfoque permite respuestas ágiles, naturales y eficaces en tiempo real.

ANYmal-D jugando al bádminton

Durante las pruebas, el robot fue capaz de mantener intercambios de hasta 10 golpes consecutivos con jugadores humanos, alcanzando velocidades de hasta 12 metros por segundo. Incluso puede levantarse sobre sus patas traseras para seguir el volante en el aire, priorizando el equilibrio para no caer. Todo ello mientras calcula trayectorias, ajusta el paso y ejecuta el golpeo. ¡Y todo en menos de medio segundo!

Aun así, ANYmal-D tiene sus límites, ya que todavía sufre ante remates potentes o tiros imprevisibles. Sin embargo, la culpa no es tanto de su inteligencia artificial, como del hardware. Las cámaras actuales no son capaces de capturar los movimientos con suficiente rapidez y los actuadores no responden con la velocidad de un brazo humano entrenado.

Ahora, el equipo de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich ya piensa más allá del bádminton. “Creemos que la contribución más transferible es nuestro método para integrar la percepción activa en el ciclo de entrenamiento de RL. Esta capacidad se aplica ampliamente a tareas donde la percepción y el control deben estar estrechamente coordinados”, afirman.

El siguiente paso parece que será reducir la latencia del robot cuadrúpedo, ya que su sistema tarda, de media, 0,375 segundos en responder desde que detecta el golpe del oponente. Una eternidad en un partido real. Quién sabe, quizá dentro de unos años haya una liga mixta de seres humanos contra máquinas y nos arrepintamos de haberles hecho expertos en los deportes que llevamos años practicando.