Seguro que eres de los que piensan que a ti nunca va a pasarte, pero se trata de una equivocación más habitual de lo que parece. Confundirse de manguera es posible y, por eso, es necesario saber cómo proceder si, llevando un diesel llenas el depósito con gasolina y viceversa.
Caso 1: mi coche es de gasoil y he repostado gasolina
Si te das cuenta a tiempo, no arranques el motor, avisa al personal de la gasolinera y llama a tu servicio de asistencia. Si consigues que el combustible equivocado no fluya por el circuito del motor, llevas mucho ganado porque, si no lo evitas, generarás una avería grave rápidamente. Tu propio coche te avisara: emitirá ruidos extraños y, finalmente, se parará. En todo caso, te cerciores a tiempo o demasiado tarde, siempre vas a tener que enviar tu coche al taller. La diferencia, por supuesto, está en la factura: si tu coche tiene una salida en la parte inferior del depósito y no has circulado después de la confusión, puedes solucionarlo tú mismo en la gasolinera y la limpieza del depósito no costará más de 50 euros. En cambio, si has conectado el motor, hará falta limpiar todos los conductos y la reparación saldrá por unos 300 euros. Por último, si has circulas hasta que se te para el motor, la broma saldrá por 2.500 euros y, de propina, habrás reducido a la mitad la vida útil de los inyectores y de la bomba de agua.
Caso 2: mi coche es de gasolina y he repostado con diesel
Al ser el diésel más pesado que la gasolina, éste no se evapora y genera la chispa que se precisa para que arranque; así que, si logras circular, estarás quemando la poca gasolina que te queda y correrás, al haber mezclado ambos combustibles, el riesgo de obstruir el filtro y destrozar todos los inyectores. Si sigues circulando, el diesel llenará todos los orificios de los cilindros y provocará un bloqueo hidráulico que dañará bielas y cigüeñales. Aún en el caso de que el bloqueo no se llegue a producir, los daños serán muy serios. Como en el caso del diesel, la solución es la misma: date cuenta deprisa, no arrancar y vaciar el depósito. Si logras proceder así, el importe de la factura no pasará de los 300 euros; pero si circulas, puedes acabar destrozando el motor y, ahí, nadie te salvará de pagar miles de euros.