No es que sea precisamente ningún secreto que, más allá de los gastos habituales a la hora de hacerse con un coche, y aseada el gasto de la propia compra así como el mantenimiento, el seguro, el parking algunos casos y los diferentes impuestos, una de las principales preocupaciones de los conductores es el gasto que implica la gasolina o el diésel. Teniendo en cuenta lo mucho que han subido los precios de los carburantes en los últimos tiempos.

Si bien es cierto que cada vez son más los conductores que optan por hacerse con un modelo con un motor híbrido, un libre de enchufable un eléctrico, modelos en los que, especialmente los híbridos a híbridos enchufa hables, el consumo de gasolina ya no es tan importante, siguen siendo muchos los conductores en España que cuentan con un modelo con un motor combustión tradicional.

 

En este sentido, son varias las estrategias que se pueden llevar a cabo durante la conducción para que, más allá de no poder hacer nada con el precio del combustible, si poder llevar a cabo una conducción más eficiente y que, por lo tanto, las visitas a la gasolinera no sean tan constantes y, por lo tanto, se puede ahorrar a largo plazo.

Algunos trucos sencillos para una conducción más eficiente

Uno de los consejos más lógicos en este sentido es el hecho de tener el coche siempre con un buen mantenimiento. Más allá de poder contar así en algunos casos con la garantía del fabricante, llevar cuando toca nuestro coche al taller es siempre sinónimo de que el motor se encuentra en un buen momento a nivel de mantenimiento.

En cuanto a la conducción, son varias las opciones que tenemos a nuestra disposición para poder llevar a cabo una conducción más eficiente. La primera y la más lógica es la de conducir de forma suave, es decir, evitar fuertes acelerones así como fuertes frenazos.

Por otro lado, cabe tener en cuenta que, precisamente respecto a las frenadas, hacer un uso correcto del freno motor, es decir, del propio freno que se genera dejando el acelerador y que sea el propio coche el que se vaya deteniendo, es una manera también de ahorrar gasolina en vez de acelerar hasta el último momento y frenar.

 

En cuanto a las marchas, si bien es cierto que evidentemente en autovía y en autopistas lo más recomendable siempre con la marcha más alta y así por lo tanto que el coche circule a las menores revoluciones posibles, en ciertas ocasiones, como por ejemplo realizar un adelantamiento incluso a velocidades altas, es mejor reducir un par de marchas para poder llevar a cabo una maniobra más rápida y que el motor no necesite tanto empuje al estar tan poco revolucionado.

Por último, el hecho de llevar los neumáticos a la presión correcta es también una manera de que estos funcionen mucho mejor y que a su vez la resistencia a la rodadura sea menor, por lo que el coche se desliza de forma más fácil.