¿En qué se diferencia un surcoreano de un norcoreano? Pues; si nos olvidamos de la manera como entienden uno y otro en concepto de Democracia, lo que pueden explicarnos acerca de El Juego del Calamar y el pijama que se ponen; en nada, porque hablan el mismo idioma, comen las mismas cosas, tienen parecido aspecto físico y, a ojos de un europeo, nos parecen iguales si descartamos, también, esa fea costumbre norcoreana de vestirse con ropa que parece anticuada incluso al lado de la que llevaban tus padres a tu edad. Por eso, porque saben lo que hoy y aquí contamos y son muy malos, los norcoreanos se aprovechan de esta circunstancia (y de nuestra proverbial fascinación por cualquier experto en TIC de ojos rasgados) para colarnos espías a los que, en la propia Corea del Sur y en media Europa, estamos pagando un sueldo porque los hemos contratado en nuestras empresas.

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Corea del Sur advierte

Y es que la cosa va tan en serio que hasta tres ministerios de Corea del Sur (Asuntos Exteriores, Unificación y Ciencia y TIC) han advertido a sus empresas y a las firmas europeas de TIC acerca del último invento de los servicios secretos norcoreanos. Los espías, además de eficientes, son sumamente leales a su régimen y aprovechan los altos ingresos que ofrece el sector para enviar a su país –mediante criptomonedas- el grueso de su sueldo y permitir a la satrapía que dirige Kim-Jong-Un financiar con dinero fresquito y capitalista su programa de desarrollo de misiles. Para impedirlo, desde Corea del Sur se advierte que sus vecinos del norte roban identidades, falsean documentación surcoreana y abren perfiles en cualquier portal de intermediación laboral tipo Infojobs que se les presenta delante.

¿Y qué se puede hacer?

Pues tener mucho cuidado, porque si eres una empresa surcoreana y contratas a un norcoreano que resulta ser un espía, te enfrentas a multas de hasta 21.500 euros. Si eres una empresa de otro país, Corea del Sur no puede hacerte nada pero, por si acaso, nos advierten de usos habituales de los norcoreanos espías: inician sesiones desde varias direcciones IP, están conectados a todas horas a la Intranet, persiguen recibir el máximo de recomendaciones positivas y acumulan todas las horas de trabajo que pueden, son solícitos hasta la extenuación con los jefes y desconfiados con los compañeros y nunca hacen nada original, porque prefieren echar mano de documentos ya existentes que modifican de forma mínima. Bien pensado, tengo un compañero que cumple casi todo eso menos una cosa: por el color de piel, los ojos y el acento que se gasta parece español del todo.