De un El juego del calamar que superó las expectativas más optimistas y de sobrevivir a pruebas mortales cada vez más locas, a formar parte de un juego del gato y la rata que se persiguen mutuamente sin que tengamos nunca claro quién es el gato y quién es la rata. La trayectoria profesional de Lee Jung-jae (Seúl, 1972) ha entrado en un tipo de ensueño que lo ha convertido en una estrella internacional. Ningún otro actor asiático había ganado nunca un Emmy como actor protagonista por una serie no rodada en inglés. Fichaje estrella de The Acolyte, la nueva producción de Star Wars que prepara Disney+, Jung-jae estrena hoy en nuestras salas Hunt, su ópera prima como director. 

El impacto internacional de El Juego del Calamar, uno de los estandartes de Netflix, fue la más afortunada de la cadena de oportunidades que llevó un camarero de una cafetería de Seúl a convertirse primero en modelo y después en la cara más popular del audiovisual coreano. Antes de llegar al juego de supervivencia más exitoso de la historia, lo habíamos visto en películas como La criada (2010), El gran golpe (2012) o Libéranos del Mal (2020). Y, aparte de su carrera como intérprete y cineasta, ha demostrado su olfato para los negocios, como propietario de una cadena de restaurantes italianos (Il Mare) y de una empresa de desarrollo inmobiliario, y habiendo fundado a su propia productora, Artist Company.

Creador incontinente, Lee Jung-jae debuta como director con Huntun thriller con múltiples lecturas políticas ambientado a principios de los años 80, en plena convulsa Guerra Freda. Una película con la que participó en la última edición del Festival de Sitges, y que hoy llega a las salas de cine. Una trama que plantea la persecución que llevan a cabo las agencias de inteligencia coreanas, detrás de la pista de un misterioso espía nordcoreano que planea asesinar al presidente de Corea del Sur. Un filme trepidante, con un puñado de escenas de acción frenéticas y un argumento lleno de giros argumentales que atrapan al espectador en la telaraña planteada por nuestro hombre.

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Lee Jung-jae ha debutado como director con Hunt / Foto: Montse Giralt

Creo que el tuyo es un caso de director casi a la fuerza, porque antes de ponerte detrás de la cámara contactaste con un puñado de cineastas que te dijeron que no.
Si te soy sincero, nunca había tenido ninguna pulsión por dirigir. Cuando recibí el guion con la propuesta de protagonizar la película, y una vez entré como productor, le encontré algunos elementos que creía que se podían mejorar. Y por aquí empecé, haciendo una reescritura. Después, una vez nos pusimos con la preproducción, contactamos con unos cuantos directores, los mejores de Corea, pero ninguno lo aceptó. Creo que la razón es que se tocan temas un poco delicados y no se atrevieron. ¡Lo tuve que hacer yo!

Tú sí que se te atreviste con estos temas, y con el retrato de una época especialmente convulsa...
No te sé decir si he sido capaz de ofrecer la mejor versión posible, pero sí quería hacer pensar, quería poner una serie de temas sobre la mesa...

¿A qué temas te refieres?
Vivimos en una sociedad mediatizada por las mentiras que nos explican, y que nos llevan hacia caminos más bien oscuros. Eso polariza, nos lleva a enfrentarnos con otras personas que piensan diferente. Pero por otra parte también creo que es posible utilizar la sobreinformación que hay hoy a nuestro favor. Es cierto que Hunt está situada en los años 80, un periodo en el cual el gobierno coreano limitaba muchísimo lo qué llegaba a la gente. Hablamos de épocas muy diferentes, política y socialmente, sobre todo en mi país, pero sin embargo, ahora tenemos la posibilidad de que seamos nosotros mismos, y no sólo el gobierno, los que podemos gestionar la información. Pero sí es verdad que muchas veces nos quedamos sólo con los mensajes que coinciden con nuestra forma de pensar, y eso no ha cambiado, pasaba antes y pasa ahora, y acaba ocurriendo una especie de enfermedad, para nosotros y para la comunidad de la que formamos parte. Este es el origen de los enfrentamientos y los conflictos, también entre países. De alguna manera, la película quiere reflexionar sobre las consecuencias de toda esta desinformación. No sé si eso pasaba o pasa también aquí...

Pasaba a los 80 en Corea, probablemente también en algún momento en tu país, y de alguna manera sigue pasando que muchos gobiernos manipulan la información para que los beneficie

Creo que pasa en todas partes.
Sí, ocurría a los 80 en Corea, probablemente también en algún momento en tu país, y de alguna manera sigue pasando que muchos gobiernos manipulan la información para que los beneficie. Da la sensación que hay un peligroso retroceso al pasado en muchos aspectos. Y de eso también quería hablar en la película. Hay una frase en la película que es un buen resumen de toda esta reflexión que queríamos plantear: hay democracias que no son democracias. ¿Hasta qué punto una democracia lo es?

Hunt, el debut como director de Lee Jung-jae

¿Con la película hecha, estrenada con éxito en tu país y viajando por los festivales, cuál dirías que es el sello personal que has sido capaz de imprimirle a la película?
¿Quieres que presuma de mis habilidades? (ríe) No lo veo claro... He tirado mucho intuición. En realidad, prefiero decirte cuál es la parte que más me gusta de la peli: que en una misma escena haya diferentes capas, que pasen cosas muy diferentes al mismo tiempo, los contrastes con los que hemos jugado. Quizás haber conseguido eso es del qué más orgulloso me siento.

¿Cuál crees que es la razón del fenómeno de El Juego del Calamar?
Hay muchísimas, y seguramente se me escapan unas cuantas. Pero creo que una de las más importantes es que refleja muy bien a la sociedad en que vivimos. Nos peleamos siempre para ser los primeros, para ser mejores que los otros. Seguramente mucha de la gente que la ha convertido en un éxito puede ver identificadas cosas de su entorno.

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Lee Jung-jae durante su visita al Festival de Sitges / Foto: Montse Giralt

¿Cómo estás llevando el éxito de la serie?
Pues el más importante de la fama y del fenómeno es que me ha hecho pensar mucho en la importancia en colaborar con los otros, y más en un negocio como este: trabajar codo con codo con gente de otros países hace posible producir mejores películas. Y en eso quiero invertir todo lo que me ha supuesto el fenómeno de la serie.

Lo más importante de la fama y del fenómeno es que me ha hecho pensar mucho en la importancia de colaborar con los otros

A veces tengo la sensación de que la industria del cine, tan competitiva, tiene alguna cosa de juego del calamar...
Pues no estoy muy de acuerdo. No me parece que haya tanta competencia, más bien creo que hay una buena convivencia entre películas y entre creadores.

Tu futuro inmediato vendrá marcado por The Acolyte, nueva serie del universo Star Wars.
(Ríe) Pues no puedo decir absolutamente nada sobre el tema, de hecho todavía se están cerrando muchas cosas, no hay nada seguro... Bien, probablemente habrá buenas noticias (y vuelve a reír).