El programa Artemis de la NASA (en colaboración con agencias espaciales internacionales como la ESA, JAXA y CSA) busca regresar a la Luna después de no haber vuelto a pisar su superficie en más de 50 años. La última vez fue el 14 de diciembre de 1972 con la misión Apolo 17, compuesta por tres personas: Eugene Cernan, Ronald Evans y Harrison Schmitt.
El objetivo principal del programa Artemis es establecer una presencia humana sostenible en la Luna para finales de la década de 2020, a modo de preparación para futuras misiones tripuladas a Marte. No obstante, también se busca fomentar la cooperación internacional y la participación del sector privado en la exploración espacial, así como llevar a la primera mujer y primera persona afrodescendiente a la superficie lunar.
Si todo va según lo previsto, en la misión Artemis II, prevista para finales de 2025, los astronautas volarán alrededor de la Luna sin aterrizar, ya que se prioriza la prueba de los sistemas vitales. El alunizaje está planeado en la misión Artemis III, con previsión para agosto de 2027. No obstante, la NASA ya ha seleccionado los tres nuevos instrumentos científicos que utilizará para estudiar el satélite, en concreto su región polar sur.
Instrumentos necesarios para construir infraestructura en la Luna y sus alrededores
Dos de los nuevos instrumentos de la NASA estarán montados en un nuevo LTV (Vehículo Lunar Todoterreno), cuyo diseño se asemeja a un vehículo utilitario deportivo (SUV) de alta tecnología. Tendrá la capacidad para transportar a dos astronautas por la superficie lunar, pero también podrá conducirse de forma autónoma cuando no haya nadie a bordo. Por lo que se sabe, tres empresas privadas están desarrollando diseños de rovers/LTV: Intuitive Machines, con sede en Texas; Lunar Outpost, de Colorado, y Venturi Astrolab, con sede en California.
El primero de los nuevos instrumentos de la NASA se denomina Espectrómetro de Reflectancia y Emisión Infrarroja Artemis (AIRES), el cual se instalará directamente en el LTV y se utilizará para detectar minerales y volátiles (como agua o dióxido de carbono) analizando la manera en que la luz solar se refleja en la superficie lunar. El AIRES, según la NASA, también creará mapas detallados que mostrarán los minerales presentes, sobre todo alrededor del polo sur de la Luna.
El segundo de los instrumentos es el Espectrómetro Lunar de Microondas Activo-Pasivo (L-MAPS), que también estará montado en el LTV. Usará un georradar y sensores de temperatura para escanear hasta 40 metros bajo tierra. Ayudará a localizar hielo enterrado y a comprender mejor la estructura del subsuelo lunar.
El tercer y último instrumento es el Espectómetro de Imágenes Ultracompacto para la Luna (UCIS-Moon), que se instalará en un futuro satélite en órbita lunar, no en el vehículo rover. Se encargará de capturar imágenes y escaneos de alta resolución de aguas superficiales y minerales. También evaluará cómo la actividad humana, como los alunizajes, podría estar afectando a la Luna. Servirá de ayuda para guiar a los astronautas a zonas ricas en recursos o de valor científico.