Son varias las grandes compañías tecnológicas acusadas de monopolio. A finales de la década de los 90 y principios de los 2000, el gobierno de Estados Unidos acusó a Microsoft de abusar de su posición dominante con el sistema operativo Windows para acabar con la competencia de navegadores web. Si bien los de Bill Gates consiguieron evitar el desmantelamiento de la empresa, tuvo que abrir su software a desarrolladores externos y someterse a regulaciones durante varios años.

El de Microsoft fue el primer gran caso, pero no el único. Desde 2020, Apple, Google y Meta se enfrentan a un futuro incierto por, en teoría, «abusar de su poder». A los de la manzana mordida se les ha criticado las comisiones elevadas a desarrolladores de la App Store y limitar la instalación de aplicaciones fuera de su tienda y ecosistema. Como consecuencia, Apple ha tenido que flexibilizar sus políticas en la Unión Europea, Corea del Sur y Japón, permitiendo tiendas y métodos de pago alternativos.

A la empresa matriz de Facebook se la ha acusado de comprar a la competencia para eliminar potenciales amenazas y mantener su monopolio de redes sociales. Nos referimos a Instagram y WhatsApp, dos de las aplicaciones más utilizadas en todo el mundo. Sin embargo, los abogados de Mark Zuckerberg niegan que esto sea cierto. Así ha sido la defensa.

TikTok y YouTube, los principales rivales de Meta

El juicio antimonopolio de Meta concluyó el pasado miércoles. El Gobierno de los Estados Unidos de América acusó a la compañía de eliminar ilegalmente a la competencia emergente al adquirir tanto Instagram como WhatsApp. Los abogados de Meta se pasaron alrededor de cuatro días intentando convencer al juez James E. Boasberg del Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito de Columbia que el caso era «defectuoso».

Meta citó a varios expertos en economía y marketing, así como a empleados actuales y anteriores, que testificaron que la empresa anteriormente conocida como Facebook aún se enfrentaba a una fuerte competencia y que las adquisiciones de Instagram y WhatsApp habían beneficiado a estos servicios.

Según el Gobierno de los Estados Unidos, Snapchat es el único rival significativo de Meta como servicio que conecta a las personas con sus amigos y familiares. No obstante, Meta argumentó que eso no era cierto, ya que existen alternativas como YouTube y TikTok, centradas más en el entretenimiento de los usuarios, además de iMessage, la plataforma de Apple instalada por defecto en millones de dispositivos.

Los de Zuckerberg contrataron al profesor John List de la Universidad de Chicago para hacer un experimento: instalar un software en 6.000 smartphones que rastreaba cuánto tiempo pasaban usando aplicaciones individuales. List pagó a algunas de esas personas 4 dólares por cada hora que redujeran el uso de Facebook, Instagram y WhatsApp. La conclusión fue que muchos participantes acababan pasando más tiempo utilizando Google Chrome y YouTube, entre otros servicios.

Los expertos citados por Meta testificaron también que cuando las personas no pueden acceder a TikTok por una prohibición o interrupción en el funcionamiento habitual del servicio, recurren a las aplicaciones de la compañía matriz de Facebook. Meta aseguró también que tras la adquisición de Instagram y WhatsApp no ha hecho más que mejorarlas.

Hace unos días, Meta presentó una moción solicitando al juez una decisión acelerada, argumentando que la FTC no probó efectivamente su caso. El juez Boasberg falló en contra de la moción de Meta, alegando que “tendría que haber una falla muy clara de la evidencia por parte del demandante para que yo otorgara lo que equivaldría a un veredicto dirigido, y eso no es algo que estoy preparado para hacer en este momento”.