No suele citarse jamás como uno de ellos; pero cuando uno, como es el caso de quien suscribe, tiene pareja, dos niños, perro y poco tiempo libre; resulta indudable que el lavavajillas merece figurar en la lista de grandes inventos de la humanidad por derecho propio: gracias a él, la tediosa tarea de lavar los platos se limita a colocar la vajilla y la cubertería dentro del aparato, colocar el detergente, apretar un botón y esperar. Sin embargo, y pese a ser un gran invento, el lavavajillas no es perfecto y, a menudo, quedan restos en los platos y, lo que es peor, no siempre se eliminan todos los microorganismos presentes en el menaje y que podrían dañarnos. Además, y conviene tenerlo en cuenta con los precios actuales del kW/h, el lavavajillas es uno de los electrodomésticos que menos consume y el detergente especial que requiere tampoco es especialmente barato. Para solucionar todo eso, un grupo de investigadores alemanes acaba de presentar un invento revolucionario: el lavavajillas que no necesita jabón.

De momento, sólo es una simulación
El grupo, vinculado a facultades universitarias técnicas de Dortmund y Múnich, acaba de diseñar un lavavaijllas que funciona con vapor sobrecalentado capaz de matar hasta el 99% de las bacterias presentes en un plato en sólo 25 segundos. El sistema es sencillo: el lavavajillas se convierte en una caja con paredes laterales sólidas, una abertura superior y una boquilla en la parte de abajo a través de la que se insufla el vapor a altísima velocidad, lo suficiente para liquidar a cualquier microbio, bacteria o similar y quedarnos con una vajilla niquelada, ya que los vórtices y remolinos que se generan chocan entre sí con suficiente fuerza como para, aparentemente, eliminar también los restos de alimentos. No obsante, de momento, sólo se ha comprobado que el sistema es capaz de eliminar todo tipo de microbios, ya que fue, precisamente, una placa con bacterias y no un plato sucio en el que se habían comido macarrones lo que se introdujo en la máquina. La placa, eso sí, quedó limpísima, de ahí la suposición.
Ahorro de agua y detergente
El nuevo sistema permite ahorrar agua, electricidad y detergente, aunque los responsables del experimento adelanta que, para limpiar de restos de comida una vajilla entera, harán falta más de 25 segundos. No está claro si nos encontramos ante un dispositivo idóneo para el uso doméstico, pero sí que todo indica que sería perfecto para restaurantes, hoteles, hospitales y, en general, todo equipamiento que exija estándares máximos de higiene