Que levante la mano quien haya utilizado la inteligencia artificial alguna vez para avanzar en su trabajo. ¿Nadie? Pues parece que es más común de lo que parece, y no la falsa realidad que las grandes compañías tecnológicas nos intentan vender. A finales de julio, la Associated Press publicó los resultados de una nueva encuesta que mostraba que el 60 % de los adultos de Estados Unidos había utilizado esta tecnología para buscar información, pero que solo el 37 % la había empleado para trabajar.
Hay una gran diferencia con los jóvenes estadounidenses, que aprovechan más la inteligencia artificial en distintas tareas: desde lluvias de ideas hasta avanzar con el trabajo, pasando por tener un “acompañante”. Se ha descubierto que la generación Z utiliza bots conversacionales como ChatGPT para recibir terapia, a modo de psicólogos low cost, ya que están disponibles las 24 horas del día y la suscripción mensual es mucho más barata que una sesión de 45 minutos.
Los acompañantes de IA están siendo todo un éxito en Estados Unidos. Más del 70 % de los adolescentes afirma haberlos utilizado, al menos, una vez, y el 52 % se siente atraído por la idea de chatear con una inteligencia artificial de vez en cuando. Puede que su popularidad se deba a xAI, la compañía de Elon Musk encargada del desarrollo de Grok, que a mediados del pasado julio lanzó sus primeros avatares digitales interactivos con IA: Ani y Bad Rudy.
Apenas un tercio de los encuestados utiliza la IA para escribir correos electrónicos, crear o editar imágenes o para el entretenimiento
La encuesta, realizada a 1.437 adultos entre el 10 y el 14 de julio, revela importantes brechas generacionales en la adopción de la IA. El 74 % de los adultos menores de 30 años utiliza esta tecnología para buscar información en algunas ocasiones, mientras que solo el 20 % de los mayores de 60 años la ha empleado para generar ideas, muy por debajo del 62 % de los “jóvenes” que la ven muy útil para realizar lluvias de ideas.
Aunque la industria tecnológica promocione la IA como herramienta de productividad, la mayoría de los estadounidenses no la utiliza para este fin. Al parecer, solo un tercio de los encuestados utiliza la IA para escribir correos electrónicos, crear o editar imágenes o para el entretenimiento. Apenas el 26 % afirma utilizarla para comprar.
De momento, el mayor uso que se le da a la inteligencia artificial es la búsqueda de información. No obstante, hay que tener en cuenta que el propio buscador de Google muestra en muchas ocasiones respuestas generadas con IA en la parte superior, de modo que no todos los usuarios saben reconocer siempre cuándo están interactuando con funciones impulsadas por IA.
La inteligencia artificial sigue teniendo bastantes limitaciones, y parece que los usuarios son conscientes de ello, de modo que la utilizan de manera muy selectiva. A esto hay que sumar el alto consumo energético. Había encuestados que la aprovechaban para escribir correos electrónicos, pero tras saber la cantidad de agua que requieren los bots conversacionales para ofrecer el servicio, han dejado de utilizarla para dicho fin.