Si España quiere compensar la energía que dejarán de generar las nucleares con desarrollos eólicos y solares, precisará también de sistemas de almacenamiento. Hoy,  existen 11 MW instalados, una potencia claramente insuficiente, pero hay un problema mayor: los proyectos aprobados no bastan para alcanzar lo que se necesita.

 

Solicitudes

Actualmente, más de 14 GW de proyectos de baterías de todo tipo han solicitado el permiso de acceso y conexión al operador del sistema eléctrico. A finales de junio se habían concedido además permisos de acceso y conexión a la red a proyectos con una potencia de 8 GW. A 30 de junio de 2024, existen más de 8 GW con el permiso concedido de acceso y conexión. Concretamente hay 6.519 MW en la red de distribución y 2.187 MW que se quieren conectar a la red de transporte. A ello hay que sumar los permisos de acceso de proyectos de batería que están solicitados pero que están en curso, es decir, siendo estudiados por el operador del sistema eléctrico para ver si hay hueco o no.

Lejos del objetivo

Según el Gobierno, en 2030 España debe contar con 22 GW de potencia de almacenamiento. Así figura, al menos en el Plan Nacional de Energía y Clima.  Con estas cifras, no se alcanzan los objetivos propuestos. ¿Cuál es la alternativa para cubrir la energía que dejarán de producir las nucleares a partir de 2027? Sí, los ciclos combinados. Y no alimentados por biogás: alimentados por gas importado que procederá, seguramente, de Argelia o Rusia.