La semana pasada, durante una ceremonia en la Base Aérea Nellis (estado de Nevada) la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) activó de manera formal la Unidad de Operaciones Experimentales (EOU en sus siglas en inglés) dentro del Ala 53. Esta unidad, que había estado operando como destacamento durante los últimos dos años, ahora ha conseguido el estatus oficial como una unidad equivalente a escuadrón. Pese a su pequeño tamaño, su creación representa un paso clave en los esfuerzos del Departamento de la Fuerza Aérea desarrollar unidades en las que se mezclen medios tradicionales con otros autónomos como los que representan los drones.

La misión de la Unidad de Operaciones Experimentales es transformar con rapidez conceptos emergentes de combate aéreo en capacidades operativas. Es decir, el enfoque principal es asegurar que los sistemas no tripulados, como los UAV, sean tecnológicamente avanzados y estén tácticamente integrados desde su concepción para poder ser utilizado en operaciones militares de tipo táctico o estratégico. En este sentido, la unidad liderará la simulación, prueba y validación de doctrinas operativas que prioricen la coordinación entre aviones tripulados y plataformas autónomas en diversos tipos de misiones.

Los drones se han convertido en una pieza esencial de las operaciones militares

Desde las autoridades dentro de las fuerzas aéreas este tema se ha considerado fundamental para la flota aérea del futuro. Estos drones están siendo diseñados para ser asequibles, flexibles y escalables, y operarán junto a aviones de combate como los F-35, F-22 y los futuros jets de sexta generación del programa NGAD (Next Generation Air Dominance). Con el uso de inteligencia artificial y sistemas autónomos, las Fuerzas Aéreas podrán cumplir funciones como guerra electrónica, vigilancia, retransmisión de comunicaciones y ataques de precisión, adaptándose a las necesidades del campo de batalla. Un campo de batalla que está evolucionando con rapidez y que cada vez presenta más retos. Así lo hemos leído en el medio especializado Army Recognition

Uno de los aspectos más innovadores del concepto CCA (Collaborative Combat Aircraft) es que un solo avión tripulado podrá controlar varios drones, lo que permite distribuir el poder de combate, reducir el riesgo para los pilotos y aumentar la supervivencia de las fuerzas en combate. Estos drones pueden ir desde modelos económicos hasta plataformas avanzadas y armadas. Por supuesto no solo reduce el riesgo de los pilotos, sino que aumenta el poder de pegada al poder atacar múltiples objetivos y conseguir transportar mayor cantidad de munición.

En un contexto estratégico, el programa CCA es crucial para mantener la superioridad aérea frente a competidores como China y Rusia, quienes están desarrollando rápidamente sus propias capacidades con drones. La combinación de aeronaves tripuladas y no tripuladas permitirá operaciones más dispersas, complejas y difíciles de contrarrestar por los adversarios.

Para lograr estos objetivos, la EOU utilizará pruebas integradas que combinan simulaciones virtuales y ejercicios de vuelo reales. Trabajará en estrecha colaboración con el Centro de Guerra Virtual y el Centro de Pruebas y Entrenamiento Integrado Conjunto para desarrollar tácticas que optimicen la colaboración humano-máquina. Estos ensayos también serán clave para diseñar programas de entrenamiento, estrategias de despliegue y sistemas de comando que combinen la autonomía con la supervisión humana cuando sea necesario.

En resumen, la creación de la EOU representa un cambio profundo en la estrategia de la Fuerza Aérea, alejándose de la dependencia en plataformas individuales y enfocándose en capacidades integradas. Al centrar su atención en la flexibilidad y adaptabilidad de las operaciones, Estados Unidos busca construir una fuerza aérea más resiliente y capaz de responder rápidamente a amenazas cambiantes.