Los robots aspiradores o aspiradores autónomos son cada vez más demandados en los hogares por la comodidad  que supone no tener que emplearse con una aspiradora clásica como ha ocurrido toda la vida. Pero, aunque comenzaron a comercializarse en EE.UU. en 2002 y llevan ya tiempo entre nosotros, no son del todo perfectos. Además, como suele suceder con los dispositivos electrónicos, los hay mejores o peores y más económicos o más caros, por lo que generalizar no es tan sencillo como podría parecer. Eso sí, en líneas generales, ahorran tiempo y esfuerzo.

Cómo limpian

La tecnología que poseen es distinta según las marcas o modelos pero suelen utilizar sensores, cámaras, láser o la combinación de algunos de ellos para ir reconociendo el terreno de la casa al que deben hacer frente y así evitar obstáculos como muebles u otros elementos que aparezcan en su ruta. En algunos casos son capaces de introducirse en la parte baja de los armarios, camas u otros muebles pero no siempre es así.

Habitualmente los robots aspiradores miden entre los ocho y los diez centímetros de altura, aunque hay algunos que pueden llegar incluso a los doce. Los más nuevos y dotados cuentan con una conexión wifi para que el usuario pueda interactuar con ellos a través de una app.

Su capacidad para limpiar no es la misma en todas las superficies y así, se manejan extraordinariamente en suelos de madera o de terrazo pero presentan dificultades cuando se encuentran una alfombra. Aspiran la suciedad por medio de un rodillo de goma y unos cepillos que llevan en su parte inferior, e incluso en algunos modelos más sofisticados se ayudan de un brazo mecánico que recoge restos pequeños de las esquinas. En las alfombras, si son capaces de salvar su entrada en ellas, son capaces de recoger sobre todo los restos de suciedad más grandes pero no son tan minuciosos como en las superficies lisas.

Normalmente son capaces de trabajar en un rango de entre 70 y 130 minutos, volviendo al centro de recarga con el que vienen provistos cuando están a punto de agotar su batería.

Para quién se recomiendan

Aquellos hogares en los que la superficie del suelo sea dura son los que mejor provecho van a sacar de los robots aspiradores. Son ideales para las personas que tienen mascotas, puesto que aspiran muy bien el pelo de los animales. Además, dan muy buenas prestaciones para la recogida de migas de pano pequeños trozos de comida, además del mencionado pelo, ya sera de animal o de persona.

Dónde fallan más

No gozan, en todos los casos, de una buena memoria a la hora de saber si han pasado o no por un determinado lugar previamente y en ocasiones se atoran y puede dar la sensación de que estuvieran como perdidos, sobre todo si las condiciones de luminosidad del hogar en el que operan no son las idóneas.

Si quien los utiliza es alguien desordenado que deja los zapatos o una manta tirados en el suelo, puede echar por tierra su normal funcionamiento por esa falta de cuidado que afectará, sin duda, al rendimiento del aspirador. Con las alfombras de grandes dimensiones puede ocurrir algo similar. Asimismo, no hay que olvidar que la forma redondeada de los robots aspiradores no favorece precisamente la mejor limpieza en las esquinas de las habitaciones de la casa.

En definitiva, dependiendo siempre de las circunstancias de cada persona, de lo que busque al hacerse con uno de ellos y del tipo de superficie y configuración de su hogar, los robots aspiradores pueden ser más o menos efectivos. Lo que sí se puede afirmar es que sirven para limpiar lo principal en el día a día y que después, por ejemplo una vez a la semana, no está de más rematar los aspectos a los que no llegan los robots de manera manual con el aspirador de toda la vida.

Por último, en cuanto a los precios, se pueden encontrar robots desde los 90 euros hasta los 600, de entre los más vendidos y recomendados ahora mismo. Lógicamente, cuanto mayor sea el precio mayores serán sus prestaciones. Pero no necesariamente el más caro tiene por qué ser el mejor.