Catalunya sufre los primeros dos meses de verano más mortales de los últimos diez años, tal como se desprende de los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III. Durante el periodo entre el 15 de mayo y el 13 de julio, se calcula que se han producido hasta 300 muertes atribuibles a las altas temperaturas, mientras que en 2024 no hubo ninguna en estos días. La serie histórica empieza en 2015 y, desde entonces, el año con más muertes en este periodo fue 2019 (104). El perfil de las defunciones responde mayoritariamente a personas mayores de 65 años (249) y mujeres (149 del total de 249), cosa que se atribuye a factores fisiológicos que inciden en una vulnerabilidad mayor a los efectos del calor. Las cifras llegan después de que Barcelona se haya situado como la segunda gran ciudad europea con más muertes por la crisis climática durante la última ola de calor, de acuerdo con el Imperial College de Londres.

En el conjunto del estado español, la cifra es de 1.180 muertes atribuibles a las olas de calor entre el 15 de mayo y el 13 de julio, el 95% de las cuales tenía más de 65 años y el 59% eran mujeres. En cambio, el año pasado solo hubo 115 defunciones entre estas fechas —cosa que representa un incremento de entre un 900 y un 1000%—. Las comunidades autónomas más afectadas han sido Galicia, La Rioja, Asturias y Cantabria, unas zonas que generalmente han experimentado veranos de temperaturas moderadas y que representan actualmente un incremento notable en la vulnerabilidad climática. Según una nota de prensa del Ministerio de Sanidad de este lunes, esta circunstancia podría estar relacionada con una menor adaptación estructural y social ante episodios de calor extremo.

Sanidad ha considerado que los datos constatan "un episodio térmico de intensidad excepcional", con un aumento "sin precedentes en las temperaturas medias y un incremento notable de la mortalidad atribuible a las olas de calor". De acuerdo con los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en junio la temperatura media mensual ha sido de 23,6 grados, de manera que supera en 0,8 grados el anterior máximo histórico registrado en junio de 2017. Pero, además, esta cifra también excede en 3,5 grados la media del periodo climático 1991-2020.

Las previsiones meteorológicas apuntan que el mes de julio continuará con temperaturas por encima de la media histórica, con una probabilidad estimada superior al 70%. Este cambio sustancial en las condiciones climáticas de este verano se constata en los 76 niveles de riesgo rojo por calor extremo que se han registrado en diferentes zonas del país, mientras que el año pasado en el mismo periodo no se activó ninguno. En este contexto, el Observatorio de Salud y Cambio Climático ha celebrado una reunión de seguimiento este lunes para valorar la evolución de las altas temperaturas y su impacto en la salud de las poblaciones las últimas semanas. En el encuentro se han compartido datos de la Aemet, el Instituto de Salud Carlos III y el Ministerio de Sanidad.