Hay varios animales, como las luciérnagas, los hongos o algunos peces, que tienen bioluminiscencia. Se trata de la capacidad de un organismo de producir luz propia a través de reacciones químicas que se producen dentro de su cuerpo. En la antigüedad estas especies ya se habían utilizado para iluminar la oscuridad de la noche y ahora, el pueblo francés de Rambouillet, una pequeña villa a unos cincuenta kilómetros de París, quiere volver a utilizar esta energía totalmente sostenible para deslumbrar las calles.

 

¿Cómo funciona?

En este caso, el sistema que han ideado no pone en peligro ningún animal, sino que lo hacen con bacterias. En concreto, los almacenan dentro de unos tubos llenos de agua salada que funcionan como acuarios transformados en farolas. Allí se añade una mezcla de nutrientes y se abomba aire a través del agua para proporcionar oxígeno. Así, las bacterias se vuelven luminiscentes e iluminan con un color azulado la calle. El único coste de esta energía son los alimentos que consumen las bacterias y, además, es totalmente sostenible.

¿Y qué se tiene que hacer si se quieren apagar las luces? Pues simplemente cortar el aire del tubo. Entonces, la bacteria queda en un estado anaeróbica donde no produce bioluminiscencia y, por lo tanto, la farola se apaga.

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Las farolas desarrolladas por biol

La empresa encargada de desarrollar este proyecto, Glowee, asegura que la bioluminiscencia producida por bacterias podría convertirse en una forma sostenible y eficiente de iluminar nuestras vidas. En este caso, el brillo azul turquesa proviene de una bacteria marina recolectada en la costa de Francia denominada Aliivibrio fischeri. La compañía desarrolla una materia prima líquida, infinitamente renovable, hecha de microorganismos bioluminiscentes y los cultiva en acuarios de agua salada antes de envasarlos en los tubos. El proceso de fabricación consume menos agua que la fabricación de luces LED y libera menos CO2, mientras que el líquido también es biodegradable.

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La materia prima de las bacterias en el laboratorio / Glowee

Rambouillet quiere convertir la ciudad en "un laboratorio de bioluminiscencia a gran escala". "Queremos crear un ambiente que respete mejor los ciudadanos, el medio ambiente y la biodiversidad e imponer esta nueva filosofía de la luz como una alternativa real. Si el prototipo realmente funciona, podemos implementarlo a gran escala y sustituir los sistemas de iluminación actuales", asegura la empresa.