Unos 3.000 vecinos (según la Guardia Urbana) del barrio del Besòs y de otros próximos, como el Maresme, Fòrum y La Pau, de Barcelona, y también de La Mina (Sant Adrià de Besòs) se han manifestado este sábado contra el incivismo y "por un barrio digno", en una movilización convocada en las redes sociales. "Exigimos seguridad, limpieza y servicios", tuiteaba uno de los convocantes. La protesta ha salido de la rambla de Prim, ha rodeado la sede del departamento de Asuntos Sociales en el Foro y ha devuelto al origen.

Uno de los motivos no declarados de la manifestación es oponerse a dos nuevos centros de acogida de menores no acompañados (mena) que la Generalitat quiere abrir cerca: uno en el barrio de Remei de Badalona, junto a Sant Adrià, y otro en la zona del Fòrum, en Barcelona.

Los vecinos pedían este sábado "poder salir a la calle sin miedo", denunciaban el aumento del incivismo en la zona, que atribuyen a toxicómanos, pero también alertaban de que se opondrán decididamente a los nuevos centros de acogida para mena. En las cuentas de Twitter de los principales convocantes, los problemas e incidentes con los tipo son un contenido recurrente.

Las entidades han formalizado este rechazo a las administraciones en varias reuniones pero, de momento, dicen, no han recibido respuesta alguna. Este verano, los vecinos ya protestaron para evitar la ocupación del antiguo local de un banco en la Rambla Prim. En septiembre se unieron al denominado 'tsunami vecinal' de Barcelona en una manifestación por el centro de la capital.

El rechazo de los vecinos cuenta con el apoyo directo o implícito de los alcaldes, como ya ha pasado en Rubí y Badalona. Con el Ayuntamiento de Santa Coloma también hubo tensión, porque el Govern había ignorado los avisos del consistorio sobre la presencia irregular de algunos mena al municipio. Este verano, en Calella y El Masnou se han vivido graves episodios de acoso al centros de acogida por grupos ultras.

En el caso del Besòs, es el alcalde de Sant Adrià, Joan Callau (PSC), quien ha escrito al conseller de Trabajo y Asuntos Sociales, Chakir el Homrani, para oponerse a los citados dos centros de acogida.

Callau razona que Sant Adrià "es un territorio ya muy castigado socialmente"; que el entorno de los centros no es el mejor para integrar a los jóvenes (habla de La Mina, "que bate récords respecto a la venta y consumo de droga"), y que el rector de la UPC ha frenado los planes de expansión del campus del Besòs por la proximidad de los centros de mena. El alcalde concluye que la ciudad es "quien más saldrá perjudicada" por los centros de acogida.

Entre 2017 y 2018 llegaron a Catalunya unos 2.500 mena, de los que 1.500 están en centros de la Generalitat. El resto son mayores de edad que ya no pueden residir en los centros. Afers Socials busca desde hace meses, municipios que quieran recibir los centros de acogida de tipo, en una operación a la que se destinan 14,5 millones de euros en incentivos a las localidades que los acepten.