Un vecino de Cornellà de Llobregat, Ramon Rovira Gigante, ha presentado una denuncia en los juzgados de guardia de la ciudad contra un repartidor de la empresa Correos Express porque sostiene que "le negó la entrega de un ordenador, ya pagado, por hablarle en catalán". Así lo ha anunciado este viernes Lluís Gibert, abogado de Acció Cassandra, que lleva la acusación y que sostiene que los hechos encajan en "un delito de odio lingüístico" y un delito de vulneración de derechos fundamentales. La entidad —que se define como "la defensa civil de la minoría nacional catalana"— sostiene que este no es un caso aislado de discriminación lingüística, sino que se constata una catalanofobia en este servicio.

En la denuncia, se relata que los hechos sucedieron el pasado 30 de mayo, cuando el repartidor exigió a Rovira "que le dijera el DNI únicamente en español", rechazándolo cuando lo hizo en catalán, incluso con señales con los dedos. Se añade que la empresa justificó el intento fallido de entrega "por carecer de la documentación necesaria", hecho —se afirma— que "se ha demostrado falso", ya que la documentación era correcta y había sido debidamente presentada". Para acceder finalmente a su ordenador, el denunciante se vio obligado a desplazarse personalmente a la oficina de Correos.

Un delito de odio

En un comunicado, Acció Cassandra sostiene que esta discriminación lingüística encaja en un delito de odio "por discriminación por razón de origen nacional y pertenencia a grupo lingüístico, infringiendo la dignidad de la persona y reforzando la exclusión sistemática de la minoría nacional catalana". Añade que en la denuncia se solicita, además, que "se investigue si estas prácticas responden a instrucciones internas de la empresa pública" y reclama la identificación del repartidor implicado.

La entidad ha indicado que impulsa denuncias similares por catalanofobia. Presentaron una denuncia anterior por discriminación lingüística contra la empresa de mensajería GLS Spain, por hechos de naturaleza casi idéntica a la de Correos Express. Precisamente, Toni Strubell, filólogo y activista, también ha denunciado este miércoles, a través de la red social X, a un repartidor de la empresa GLS Spain por no querer atenderlo porque hablaba catalán en Sant Feliu de Guíxols.

Pendientes de la Fiscalía

Asimismo, Acció Cassandra informa de que se ha personado en la defensa de la "primera catalanohablante querellada por hablar en catalán" y pedir una barra de pan en la panadería del Estartit "Pa amb vi i sucre". 

La entidad también ha denunciado la obra de teatro de Esas Latinas, contratada por el Ayuntamiento de Barcelona, a la Fiscalía de Barcelona por un delito de odio contra la comunidad catalana. El ministerio público todavía no ha aclarado si abre o no diligencias para investigarlo. Por su parte, el síndico de Barcelona, David Bondia, condenó el gag contra el catalán, por el que recibió 322 quejas ciudadanas. No obstante, descartó que se trate de un delito de odio y no lo denunciará ante los tribunales.