El hombre más rico del mundo, Elon Musk, habría asediado sexualmente a una trabajadora de su empresa y después lo habría intentado silenciar a cambio de dinero. Así lo ha asegurado una amiga de la víctima, una azafata de SpaceX, en el portal Business Insider. El testigo forma parte de la declaración que estaba preparando para dar apoyo a su amiga en la denuncia. Los hechos se remontan en el 2016, cuando ella era miembro de la tripulación del jet privado de la empresa aeroespacial SpaceX, fundada por Musk. La víctima acusó al empresario de exponerle su pene erecto, fregarle el muslo sin su consentimiento, y ofrecerle un caballo a cambio de un masaje erótico. Por otra parte, la misma fuente asegura que la empresa animó a la empleada a sacarse la licencia (a cuenta suya) para poder darle masajes a Musk mientras volaba, y sería ser durante uno de estos episodios en el cual él le habría lanzado la propuesta. Por su parte, Musk no ha vacilado a la hora de negar rotundamente las acusaciones, con el argumento que "si me inclinara a participar en el acoso sexual, sería poco probable que fuera la primera vez en toda mi carrera de 30 años que sale a la luz", y ha tildado las acusaciones de "políticamente motivadas".

Las acusaciones

Tal como relata el Insider, el multimillonario solicitó los servicios de la azafata-masajista a su cámara dentro del jet privado, y ella se lo encontró completamente desnudo, excepto por una sábana. Durante el masaje, Musk "le expuso los genitales", "la tocó y se ofreció a comprarle un caballo si ella 'le hacía más", porque es aficionada de la equitación. Todavía en choque, la víctima acabó de hacerle el masaje y se marchó. Después del incidente, las fuentes citadas aseguran que la empresa contaba cada vez menos con ella, y sentía que "la estaban apartando y castigando por negarse a prostituirse", sin embargo, "pensó que las cosas volverían a la normalidad y ella fingiría que no pasaba nada", ha explicado la amiga de la azafata. Dos años más tarde, en el 2018, la víctima decidió contratar a un abogado laborista para denunciar los hechos y el detrimento que sufrió en su carrera profesional, pero la compañía SpaceX propuso pagarle 250.000 dólares para que no llevara el caso a los tribunales y nunca más se refiriera a él, en una reunión de su abogado en la cual asistió el mismo Musk, indica el medio.

"Activista de extrema izquierda"

Como ya ha hecho con otras polémicas, Musk ha utilizado las acusaciones para ejemplarizar la persecución "política" de ideología progresista que constantemente dice sufrir. En este caso, el empresario ha dicho a Twitter que se trata de un "intento de interferir en la compra de Twitter" por parte de una "activista de extrema izquierda de Los Ángeles". También ha reptado la víctima de describir "cualquier" cosa que recuerde de su cuerpo "un tatuaje, una cicatriz, lo que sea que el público no conozca. No podrá hacerlo porque no pasó", ha dicho en una cuenta de una periodista de Fox News. La supuesta compra del silencio de la azafata contrasta con las reivindicaciones de la libertad de expresión que Musk no ha dejado de hacer desde que anunció que compraría Twitter. "Realmente hace falta transparencia para generar confianza", dijo Musk sobre la red social, antes de señalar que sería importante reducir el supuesto 'sesgo de izquierdas' de la plataforma, y después de anunciar que permitirá el retorno de uno de los ultraderechistas con más influencia, Donald Trump, en Twitter.