La Unión Europea da un paso definitivo en la regulación de cosméticos. A partir de este lunes 1 de septiembre, están prohibidas dos sustancias consideradas tóxicas: el óxido de difenilfosfina (TPO, por sus siglas en inglés) y del dimetil-p-toluidina (DMTA), que están presentes en todos los esmaltes y geles de uñas semipermanentes. Varios estudios científicos han demostrado que estos componentes pueden perjudicar la salud humana, especialmente después de una exposición continuada, como podría pasar con los trabajadores de los centros de estética que lo utilizan cada día, o con aquellos usuarios que los utilicen muy a menudo.

La prohibición, que fue aprobada por la Comisión Europea el pasado mes de mayo, está recogida en el Reglamento (UE) 2025/877, que regula el uso en los productos cosméticos de determinadas sustancias clasificadas como carcinógenas, y ha entrado en vigor este septiembre. Los químicos han pasado a formar parte del grupo de sustancias CMR, que son consideradas "carcinógenas, mutágenos o tóxicas para la reproducción", es decir, que se considera que pueden causar cáncer, que favorecen las mutaciones o que pueden afectar a la fertilidad alterando el desarrollo del feto, provocando abortos espontáneos o malformaciones.

Los efectos de las sustancias tóxicas

Los centros de uñas están en auge durante los últimos años, especialmente, con las manicuristas semipermanentes liderando la demanda tanto en los centros especializados como en las casas. Las fórmulas de gel incluían materiales como el TPO, que es clave para garantizar el secado rápido y el acabado brillante característico mediante el uso de luces LED o UV. Exponerse a este compuesto a largo plazo puede causar fragilidad, sequedad y manchas en las uñas. Investigaciones recientes han evidenciado que, si bien la exposición es baja durante su aplicación, existe un riesgo potencial para la salud asociado a la acumulación de estas sustancias a largo plazo. Con respecto a la otra sustancia señalada, un estudio observó "efectos carcinógenos" del DMPT en hígados, cavidades nasales, pulmones y estómagos de ratas y ratones. Por su parte, la misma Comisión Europea ha recalcado que tanto el TPO como el DMPT pueden alterar el sistema endocrino, afectar a la fertilidad, y están relacionados con el desarrollo de cáncer y mutaciones genéticas.

Ante de este escenario, a partir de ahora su uso está prohibido en todos los países de la Unión Europea. Así pues, no se podrán comercializar nuevos productos que tengan TPO o cualquier otra de las sustancias prohibidas, y las que ya estén en el mercado tendrán que ser retiradas. Los centros de estética tendrán que ofrecer a los clientes alternativas de la industria cosmética que sí que cumplan los requisitos de la UE. Sin embargo, la prohibición no solo afecta a la venta y la comercialización, sino también al uso doméstico y profesional de todos los productos que contengan estos ingredientes en su formulación. Por su parte, los fabricantes han ampliado las fórmulas libres de estas sustancias, manteniendo la gama de colores, durabilidad y acabado para satisfacer la demanda del mercado sin comprometer la seguridad de los usuarios.