"Tuve que dejar de compartir la ubicación con una amiga porque me controlaba". Esta es una experiencia vivida por un joven, como muchos otros, a raíz de utilizar una aplicación que permite compartir la ubicación en directo. Actualmente los jóvenes saben dónde se encuentran sus amistades, su familia e, incluso, su pareja en cualquier momento del día. Muchos de ellos tienen una lista de personas en su móvil con los puntos exactos de donde se encuentran a tiempo real. No hablamos de enviar la ubicación en un momento puntual, sino de ser localizable las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Esta es una función que se puede activar a través de la aplicación "Buscar" (IOS) o "Google Maps" (Android). Una vez activada se puede decidir con qué contactos la compartes y con cuáles no. En este caso, aparecerás en un mapa del dispositivo de la otra persona en el punto exacto donde te encuentres en aquel momento.
Según un estudio de CivicScience, el 41% de los adultos encuestados en los Estados Unidos afirman que actualmente comparten su ubicación con al menos una persona. Los adultos de la generación Z de entre 18 y 29 años son los que más propensos a utilizar la compartición de la ubicación (65%), superando los millennials (45%) y la generación X (42%) y duplicando con creces los mayores de 55 años (24%). Entre los que actualmente utilizan la compartición de la ubicación, el 61% afirman compartir su ubicación con al menos dos personas, incluido el 22% que la comparte con cuatro o más personas.
Localizables en caso de emergencia
Hemos podido hablar con diferentes estudiantes universitarios de Barcelona y comentan que esta es una herramienta muy útil entre los amigos, porque les permite saber cuánto tiempo les falta para llegar al sitio donde han quedado. Sin embargo, algunos admiten que también la usan en cualquier momento del día por curiosidad. Uno de los beneficios más claros de esta herramienta es que, en una situación de emergencia, cualquier persona es localizable. Algunos de los jóvenes dicen que les ha servido para encontrar un móvil perdido, aunque la mayoría lo ven necesario "por lo que pueda pasar". Este hecho coincide sobre todo en las chicas jóvenes cuando salen de fiesta. Según el estudio, la pareja (52%) es, con diferencia, la persona más común con quien se comparte la ubicación, sobre un 30% lo comparten con los hijos, los siguen los amics(27%), sus hermanos (25%), los padres (24%) y, finalmente, los compañeros de piso (9%)
Una nueva herramienta de control consentido
Si bien es cierto que esta tendencia parte de la buena intención, como los casos mencionados anteriormente, muchas veces se acaba convirtiendo en una experiencia negativa y controladora. Algunos de los jóvenes ya lo ven así y no están dispuestos a compartir su vida privada de una forma tan abierta. Lo ven como una posible forma de control y una pérdida de la intimidad. Algunos explican que se han dado casos de broncas entre grupos de amigos para compartir un momento social con otras personas sin contar con algunos de los miembros. O bien con la pareja, uno de los casos más peligrosos que puede desarrollar en un comportamiento tóxico y controlador. En este sentido, muchos no están dispuestos a tener que dar explicaciones sobre dónde han estado o qué han hecho durante el día. En contraposición a eso, el estudio explica que la mayoría se sentirían al menos "un poco" cómodos si su pareja los pidiera empezar a compartir y lo ven como una muestra de confianza con la otra persona.
Todo ello hace pensar que en general no se ha tomado conciencia de cómo ha evolucionado el uso de esta herramienta. Lo que empezó como una herramienta de ayuda en casos de necesidad ha acabado siendo un acto, casi por inercia, de control y cotilleo. Un testimonio explica que "todo empezó cuando una amiga suya perdió el móvil". A raíz de eso, todo el grupo de amigos se activó la ubicación compartida para poder actuar si la situación se volvía a repetir. Pero lo que parecía un acto inocente acabó siendo un quebradero de cabeza. "Esta amiga se presentaba en los sitios donde estaba sin que la avisara o, incluso, me pedía explicaciones cuando no dormía en casa". De esta manera, los jóvenes han acabado introduciendo, sin darse cuenta de ello, un control consentido a sus vidas.
Un debate abierto
Aunque esta tendencia parece ser más popular entre los jóvenes, podría haber empezado desde el otro lado, desde los padres y madres. La mayoría de los norteamericanos adultos encuestados en el anterior estudio están dispuestos a compartir la ubicación y 7 de cada 10 cree que está bien que los padres hagan un seguimiento de la ubicación de sus hijos. No sería extraño pensar que una costumbre iniciada por los padres haya tenido influencia en el comportamiento actual de sus hijos, aplicándolo en otros entornos de su vida.
Este ya es uno de los múltiples debates que se ha abierto a raíz de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, cada vez más accesibles para la gente joven. Algunos activistas y creadores de contenido en las redes sociales ya han posicionado y han alertado de las graves consecuencias que pueden tener este tipo de conductas obsesivas y controladoras sobre las generaciones más jóvenes de nuestra sociedad.
@salander33 Compartir tú ubicación 24 horas (no nos referimos en algo puntual) @Carla Galeote ♀ #divulgacion #feminismo #contenidoeducativo #privacidad #amorromantico ♬ sonido original - Júlia Salander