Cada año, la Secretaria de Salut Pública recoge muestras de aguas residuales de las depuradoras del Baix Llobregat y el Besòs para estimar el consumo de determinados estupefacientes en los municipios de Badalona, Barcelona, Cornellà, L'Hospitalet, Esplugues, Montgat, El Prat, Santa Coloma de Cervelló, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià, Sant Boi, Sant Joan Despí, Tiana, Montcada i Reixac, y Sant Just Desvern. En respuesta al grupo parlamentario de Junts, la consellera de Salut, Olga Pané, ha publicado ahora los datos sobre los niveles de estupefacientes detectados en las aguas residuales desde 2022. Es así como podemos saber cuál es el triunvirato de las drogas descontroladas en el área metropolitana de Barcelona.
La primera de las sustancias a mencionar es la metanfetamina, cuyo consumo se duplicó en otoño de 2024: en la estación del Baix Llobregat, pasó de 0,35 gramos diarios por cada mil personas a 0,76; en la del Besòs, de 0,28 a 0,52. La droga también es conocida como tina, meta, meth, crystal meth... Se suele presentar como un polvo blanco o color de hueso, cristalina, inodora y de gusto muy amargo, aunque también se puede encontrar en pastillas, cápsulas o cristales grandes. Algunos de sus principales efectos deseados son la sensación de energía y euforia, el incremento en el nivel de alerta y del rendimiento intelectual, el incremento del deseo sexual y la disminución de las inhibiciones.
Se disparan la metanfetamina, el MDMA y la ketamina
Por otra parte, destaca el MDMA, que ha aumentado de forma gradual en el Besòs y de forma repentina en el Llobregat. En el primer caso, el consumo ha pasado de 0,34 a 0,56 gramos diarios por cada mil habitantes entre la primavera de 2022 y el otoño de 2024. En el segundo, ha pasado de valores sostenidos en torno a 0,3 gramos hasta la primavera de 2024 a un valor estimado de 0,63 en otoño. Se la conoce también como pastis, cristal, eme, MD... y puede presentarse de dos formas: en pastillas y en cristal. Su consumo induce un leve estado alterado de conciencia caracterizado por una amplificación e intensificación de las sensaciones emocionales; sentimientos de proximidad, confianza y empatía hacia el resto de personas; sensaciones de autoestima, bienestar y felicidad; desinhibición; euforia; estimulación o calma, y amigabilidad; incremento en la necesidad de comunicarse con otras personas; aumento en la apreciación de la música y modificación de las percepciones sensoriales; y deseos de abrazar y besar.
Finalmente, hay que hablar de la que es probablemente la droga más popular en Barcelona: la ketamina, con una tendencia al alza desde la primavera de 2022. En la estación del Baix Llobregat, se ha registrado un incremento de 0,17 a 0,45 gramos diarios por cada mil habitantes; y en la del Besòs, de 0,21 a 0,44. Entre sus efectos deseados hay relajación o tranquilidad, euforia, disminución de la sensación de dolor y de cansancio, evasión o desconexión, sensación de estar fuera del cuerpo, alucinaciones visuales y auditivas, desinhibición y cambios en la percepción del tiempo.
Baja el alcohol, dudas con la cocaína y el cannabis
Los datos de Salut también destacan como el consumo de alcohol muestra una tendencia a la baja, al pasar de una media de persona y día de 14,45 mililitros en el Baix Llobregat a 11,42; y de 15,03 ml a 11,47 en el Besòs. Con respecto a la cocaína, no hay un patrón claro, con varias oscilaciones: en otoño de 2024, las estimaciones eran de 3,11 gramos diarios por cada mil personas en la estación del Baix Llobregat y de 2,45 en la del Besòs. En una situación similar está el THC, el principal constituyente psicoactivo del cannabis. Con estas y el resto de drogas, Energy Control dispone de información detallada sobre las dosis seguras de consumo y los peligros que presentan.
El departamento ha destacado el consumo de anfetaminas sí que ha aumentado considerablemente desde el otoño de 2023, con 0,17 gramos diarios por cada mil personas en el Baix Llobregat y en el Besòs. La efedrina también dibuja un incremento constante desde el otoño de 2022, hasta los 0,21 gramos en la primera estación y 0,24 en la segunda. Para acabar, remarcamos cómo el consumo de metadona ha experimentado un aumento desde el otoño de 2023, hasta situarse en 0,06 gramos diarios por cada mil habitantes en el Baix Llobregat y en 0,07 en el Besòs.