Al menos 30.000 personas han tenido que ser evacuadas desde el pasado lunes de la isla griega de Rodas a causa de un grave incendio forestal que quema la parte central y oriental de este popular destino turístico del Dodecaneso. Solo este domingo se han trasladado a un lugar seguro 19.000 personas, 6.000 de las cuales son turistas, en lo que se ha convertido en la operación de extracción por incendio forestal más grande de la historia reciente del país. El fuego ha quemado miles de hectáreas de bosque y ha obligado a desalojar once localidades. A estas alturas, al menos tres hoteles del pueblo costero de Kiotari han quedado afectados, así como varias viviendas del municipio de Laerma. Durante los últimos días, Grecia ha sufrido una ola de calor extrema, con temperaturas que sobrepasaban los 44 grados, y hoy, el domingo, se espera que los termómetros se suban hasta los 45.

El fuego, imparable después de seis días

En torno a 270 bomberos están trabajando para extinguir este incendio, que a estas alturas continúa descontrolado. Una cincuentena de dotaciones terrestres, apoyados por cinco helicópteros y diez aviones cisterna, tratan de frenar el avance de las llamas, que hace más de seis días que arrasan la isla; las elevadas temperaturas y el fuerte viento no hacen más que dificultar las tareas de los bomberos. "El medio ambiente de la isla ha quedado realmente destruido. Las imágenes que he visto no tienen precedentes", ha remarcado Efthímos Lekkas, especialista en catástrofes naturales en la televisión pública griega ERT.

 

Desde las agencias de viajes que operan tours en Rodes ya ordenaron a principios de semana que los vuelos chárter aterrizaran vacíos en la isla para poder recoger a todos aquellos turistas que quisieran volver a la península. Aunque todos los vuelos estaban llenos, este fin de semana todavía quedaban unas 6.000 personas que habían llegado a Grecia de vacaciones, y que han tenido que pernoctar en escuelas, pabellones de deportes o en los ferris. De todos los turistas evacuados este domingo, 3.000 han abandonado la isla por vía marítima, mientras que el resto lo han hecho por tierra en una amplia operación que se ha prolongado durante toda la noche de este sábado, según ha explicado el portavoz de los Bomberos, Yannis Artopiós. En las tareas de evacuación han colaborado los Guardacostas con tres barcos, varias lanchas de las Fuerzas Especiales del Ejército griego y una treintena de barcos privados.

Muchos de los afectados, sin embargo, han denunciado una falta de organización y de información por parte de las autoridades, y remarcan que tuvieron que caminar largos kilómetros bajo el sol, con niños pequeños, hasta poder llegar a los puntos destinados para la evacuación. Afortunadamente, no se han reportado heridos graves, solo una decena de personas que han tenido que ser trasladadas a varios centros de salud, afligidos por problemas respiratorios a causa del espeso humo del incendio.