El nuevo Decreto de guía turístico en Catalunya se encuentra a la fase final de redacción. ¿Pero es positivo para los guías turísticos? ¿Qué comporta para los profesionales del turismo? "El nuevo decreto que regulará la actividad de los guías habilitados establece que cualquier persona con una titulación del ámbito turístico podrá ejercer esta actividad –desde la Generalitat se nos dice que Europa no permite hacer exámenes de conocimiento, y que sólo se puede habilitar como guía quien haya cursado formación reglada–", detalla Sílvia Company, guía habilitada por la Generalitat de Catalunya y secretaria de la Associació de Guies Habilitats per la Generalitat de Catalunya per un Turisme Responsable i de Qualitat (Aguicat).
Además, detalla que el decreto también establece que podrá obtener la habilitación quien tenga estudios superiores y realice un curso de capacitación profesional, demostrando también que habla catalán, castellano y otro idioma. "Celebramos que, por fin, se vuelvan a abrir las puertas a nuevos compañeros, pero consideramos que estas titulaciones son insuficientes, ya que las horas del curso de capacitación dedicadas a conocimientos de Catalunya, así como también las horas dedicadas al aprendizaje, son muy pocas". Y subraya que: "se trata de estudios demasiado generalistas, que pasan de puntillas por nuestra profesión".
"Los guías no 'hacemos' de guía"
Company está cansada de que le pregunten: "Y aparte de hacer de guía, ¿de qué trabajas"?. "Esta era y es una frase que nos dicen demasiado a menudo. Pero los guías no 'hacemos' de guía. No es un hobby, ni unas prácticas. Somos guías profesionales, es decir, trabajamos y vivimos de hacer de guía. Y sí, además, cobramos, porque es nuestro trabajo. Y también pagamos impuestos, y no, no vivimos de las propinas", detalla Company. Mucha gente, sin embargo, todavía no tiene claro qué significa exactamente ser guía.
Según el Comité Europeo de Estandarización, Company explica, "un guía es una persona que guía a los visitantes en el idioma de su elección e interpreta el patrimonio cultural y natural de una zona para la cual normalmente posee una titulación específica, en general emitida o reconocida por las autoridades competentes'". Y en esta definición está la semilla de todos los males: 'normalmente' y 'en general' nos indican que no se trata de un trabajo regulado, y por esta razón cada país hace una interpretación diferente", expone.
Esta habilitación, sin embargo, no es del todo fácil de conseguir. O como mínimo, no lo era. "Hasta el año 2012, para obtener el carné de guía habilitado por la Generalitat, se tenía que aprobar un examen para el que se tenían que preparar unos 70 temas sobre historia, arte, tradiciones, gestión de grupos… Este examen no te hacía mejor guía, pero obligaba a invertir un tiempo preparándote para serlo, y te abría las puertas al mundo del conocimiento plural con el fin de poder satisfacer las preguntas de los más curiosos", explica.
Desde entonces no se han convocado más exámenes, hecho que ha provocado una situación de estancamiento en que las personas que se han estado preparando para ser guías se han encontrado con la puerta cerrada para acceder a las pruebas, y todavía esperan un decreto que les permita habilitarse.
¿Qué pasa en los otros países?
Este cambio en el decreto pero perjudicará a los guías habilitados de Catalunya. "En Francia, Grecia y Viena exigen conocimientos y años de estudio. Ya sean estudiantes de Arte, de Historia o de Turismo, todos tienen que demostrar conocimientos de su país, región, etc. Estamos hablando de cursos específicos con todas las de la ley que tienen que hacer los futuros guías con el fin de llegar a los estándares de calidad que tienen en sus países", insiste Company.
De esta manera, subraya que "teniendo en cuenta que el nuevo decreto no pide estos conocimientos específicos sobre nuestro territorio, consideramos que el futuro de nuestra profesión se encuentra en una situación peligrosa y preocupante".
¿Turismo de calidad o servicio de calidad?
"Hace años que se habla de turismo de calidad, refiriéndose a quién viene a visitarnos, pero la calidad no viene dada solo por quien llega, sino por si recibe un servicio de calidad que comportará que los clientes se marchen satisfechos y con un buen recuerdo del lugar que los acoge. Visitas, hoteles, lugares de trabajo de calidad son el turismo que queremos". Sin embargo, subraya que "un mayor gasto no quiere decir más calidad". "La calidad viene dada por el interés en conocer, respetar y empatizar con el lugar que se visita", remarca.
"Hacen falta más guías, formados y cualificados, respetuosos y comprometidos con lo que les rodea, capacidades para ofrecer lo que el visitante (turista o local) se merece: un turismo sostenible y de calidad. Queremos grupos pequeños, y queremos utilizar radioguías para no molestar ni hacer ruido. Y hace falta que estas buenas prácticas sean ley, ya que si no hay ley, las agencias 'extractivas' no aplicarán estas buenas prácticas, que son sinónimo de calidad".
"Queremos unos gobiernos valientes que defiendan la singularidad de nuestro patrimonio, que exijan, formen y luchen por sus profesionales (asalariados, autónomos y pymes arraigadas en el territorio), y que regulen para mejorar la competencia entre verdaderos profesionales, dificultando la extracción de las grandes corporaciones turísticas con sedes en paraísos fiscales. Queremos un gobierno que rehúya el modelo cuantitativo, y, sobre todo, que apueste por la profesionalización, como ya se hace en Grecia, Francia o Austria, países donde el turismo es importante y la profesión de guía es un honor y una responsabilidad", concluye Company.