Unas 1.400 personas, según los Mossos d'Esquadra, y 2.000, según la organización, se han manifestado este domingo en la ciudad de Lleida contra los macroproyectos energéticos y en defensa de los municipios rurales y el equilibrio territorial. La manifestación, convocada por 16 entidades, ha empezado a las 11 de la mañana desde la plaza Ricard Vinyes y ha reunido a personas de las comarcas de Lleida, las Terres de l'Ebre, la Anoia y el Penedès. Los protestantes han hecho camino por Prat de la Riba hacia la sede del departamento de Agricultura, donde han vertido sacos de compost y materia orgánica en una acción de rechazo a las empresas que promueven iniciativas energéticas. La manifestación ha seguido su recorrido por la ciudad después de este acto y ha terminado delante de la delegación del Gobierno, donde se ha leído el manifiesto y se han hecho parlamentos por parte de las entidades convocantes, que han reclamado al ejecutivo catalán una moratoria de los proyectos que hay en marcha actualmente para denunciar una “colonización de los espacios agrarios”.
Un tractor y una gran pancarta han encabezado la manifestación en defensa del mundo rural y para denunciar la proliferación de iniciativas que según las entidades convocantes, no hacen ningún servicio al territorio. A lo largo del recorrido se han oído consignas como "el biogás me toca la nariz", "la mafia de Dinamarca contamina la comarca" y "Ponent se resiste". Asimismo, los manifestantes han llevado pancartas a favor de la preservación del territorio y contra las iniciativas especulativas. "El de los macroproyectos energéticos es un problema que afecta a todo el mundo rural. La tierra nos da muchas cosas y si nosotros no la defendemos, ¿quién lo hará?", ha dicho Rita Baliu de la entidad Preservem l'Anoia, haciendo referencia a la problemática con las plantas fotovoltaicas en esta comarca. En la misma línea se ha expresado Gerard Batalla, miembro de Pobles Vius, quien ha apuntado a una "colonización de los espacios agrarios y naturales". La manifestación de este domingo ha servido para reclamar al Gobierno una moratoria de los proyectos que hay en marcha actualmente, los cuales considera que deben ser discutidos y planificados, en un proceso en el que Batalla ha instado a "repensar la ruralidad para poder disfrutar de la tierra y no en función de capitales que vienen a hacer sus negocios especulativos".
La convocatoria de Lleida ha coincidido con diferentes manifestaciones en todo el Estado español con la misma consigna. En Madrid, unas 1.500 personas de 500 organizaciones relacionadas con el mundo rural han protestado, al grito de “especuladores”, contra las agresiones sufridas por el territorio rural, la exigencia de un cambio en las políticas que afectan al mundo rural, y la propuesta de medidas que protejan los ecosistemas naturales y sociales de este. "El mundo rural está siendo agredido por un sistema económico depredador de los recursos, impuesto por un modelo de desarrollo urbano, que busca solo la especulación monetaria, la inversión internacional y el despilfarro de recursos", critica el manifiesto unitario de la manifestación madrileña. En este sentido se han expresado también las asociaciones catalanas concentradas en Lleida, donde se ha denunciado que más de 2.000 hectáreas de suelo agrícola “potencialmente se pueden destruir” con afectaciones en decenas de pueblos debido a las plantas de biogás, que consideran que "están proyectadas con unas dimensiones mucho mayores de las necesarias".
El biogás en el centro de las quejas
Los motivos de las protestas se han ido ampliando, pero en el centro se encuentra el rechazo a las plantas de biogás, un gas renovable que se genera cuando la materia orgánica se descompone en condiciones de ausencia de oxígeno y que las plantas de tratamiento aprovechan para la generación eléctrica o de biometano, que se inyecta en las redes de distribución. La Unión Europea ha impulsado la construcción de este tipo de proyectos, y la Generalitat ha lanzado una estrategia para facilitar y subvencionar estos proyectos. Según los últimos datos del departamento de Agricultura, hay 18 en funcionamiento y 17 en tramitación, entre las cuales la más grande del sur de Europa, que se situaría en el municipio de La Sentiu de Sió, en la Noguera. Este proyecto, que prevé tratar anualmente medio millón de toneladas de purines y otros residuos ganaderos o de mataderos, se prevé que ocupe seis hectáreas de terreno y lo impulsan un grupo de ganaderos locales junto con un grupo inversor de Dinamarca.