Una amiga te pide un tampón o una compresa y se lo das como si fueras una traficante. Este gesto es uno de los más normales entre jóvenes –y no tan jóvenes– en los bares, en el trabajo o la universidad. La regla sigue siendo un tabú.

En este sentido, la copa menstrual quiere ayudar a romperlo. "La barrera más importante para las copas menstruales no es demostrar como de seguras y saludables son, sino romper el tabú y el pudor que hay en torno a la menstruación y los genitales femeninos", explican desde Sileu, una de las empresas que fabrican copas menstruales. Así, recuerdan que son muchos los mitos que pasan de generación en generación y que, en algunas sociedades, transforman la menstruación en objeto de segregación y discriminación sexual.

Así viven la regla las mujeres del mundo

Para algunas culturas, la menstruación es un tema que da vergüenza sacar en conversación. Para otros, es un asunto que incluso provoca recluir a las niñas y mujeres en cabañas aisladas y en condiciones precarias, hecho que supone un riesgo para su integridad y sus vidas. Este es el caso, por ejemplo, de algunas poblaciones de Nepal, explican desde Sileu. Esta práctica se llama Chhaupadi y consiste en llevar a las mujeres a chozas alejadas de cultivos y animales porque se cree que la regla es una maldición que destroza las cosechas. Varias organizaciones mundiales han hecho denuncias que han llevado a prohibir estas tradiciones aunque todavía quedan algunas zonas donde se siguen practicando.

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Por otra parte, en Japón se tiene la creencia que la menstruación interfiere en el sentido del gusto, por lo tanto, las mujeres no tienen capacidad de hacer trabajos dentro de la cocina y tienen que ceder espacios a los hombres. La práctica totalidad de los chefs de sushi, de hecho, lo son. Así, el chef Yoshikazu Ono dijo en una entrevista al The Wall Street Journal, el año 2011, que "ser profesional significa tener un gusto constante pero debido al ciclo menstrual, las mujeres tienen un desequilibrio en su gusto, y por eso las mujeres no pueden ser chefs de sushi". Sin embargo, este hecho estaría cambiando y cada vez hay más mujeres en las cocinas de muchos restaurantes del país.

En Afganistán, existe la creencia que ducharse durante la menstruación puede causar infertilidad, hecho que provoca una pérdida de dignidad. Por si fuera poco, el acceso a productos como compresas, tampones o copas menstruales es deficiente, haciendo así el proceso menstrual más difícil.

En la India, la menstruación está estigmatizada. Es un tema del que no se habla. Muchas niñas incluso se asustan cuando ven sangre en sus braguitas por primera vez, pensando incluso que tienen una enfermedad mortal o bien que una maldición les ha caído encima.

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En muchas ocasiones, el tabú nace de dogmas religiosos, recuerdan desde Sileu, que modelan la cultura de cada nación y cada religión. España, sin embargo, tampoco se escapa. El tabú todavía está bien presente. La endometriosis, una enfermedad que afecta a muchas mujeres, cuesta mucho de detectar debido al desconocimiento y la vergüenza porque es un tema "que no se toca" o que no se toca lo suficiente. Así, las mujeres no obtienen el diagnóstico adecuado.

¿Qué papel tiene la copa menstrual?

La copa menstrual ha sido y es para muchas mujeres un instrumento de autoconocimiento, educación y empoderamiento. Además, ha generado que las empresas que venden copas se dediquen no solo a dar información sobre la menstruación, sino sobre la anatomía femenina, salud e higiene menstrual.

Aunque cada vez es más popular, todavía hay ciertas reticencias a la hora de utilizarla o apostar por el cambio. Según explican desde Sileu, la copa menstrual es segura para el cuerpo y para el medio ambiente. "Esta es una de las principales razones por las cuales muchas mujeres han decidido dejar de lado otros productos que son altamente contaminantes y desprenden agentes nocivos para el organismo". Pero ante el uso de las copas siempre sale la típica pregunta de cómo limpiarla cuando se está en un lavabo público. "La copa, en función del flujo que una tenga, puede durar hasta 12 horas. Eso implica mucha libertad", explica la fundadora de Sileu, Viviana Quijano. Si puedes acceder a un lavabo privado, se puede vaciar y limpiar con un poco de papel o una toallita húmeda", añade. "La esterilización se realiza al final de la regla, de esta manera ya está preparada para el mes siguiente".

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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"La copa es una opción más recomendable que el resto. En el caso de los tampones, por ejemplo, huelen mal y sueltan unas fibras al mojarse. Estas quedan en el canal vaginal y tardan días en expulsarse. A veces, además, estos componentes pueden hacer que sangres más y alteren la flora vaginal, e incluso pueden provocar un shock tóxico".

La mayoría de expertos consultados constatan que cada mujer tiene que escoger el método más cómodo para ella en función de sus características y la edad y coinciden en que se pueden utilizar todas las opciones. La diferencia más importante entre ellas es el factor ecológico y económico.