Un hombre de nacionalidad francesa de treinta años murió ayer tarde en una cueva de las Islas Medes, situadas en el núcleo del Estartit de Torroella de Montgrí, cuando practicaba buceo en apnea. Según informan fuentes de los equipos de emergencia, el espacio en el cual se produjo el accidente se denomina Cova del Dofí y la alerta la dio una pareja de amigos que iba con la víctima.

Hacia las 16:30 horas, el vigilante de las Islas Medes recibió este aviso que una persona había desaparecido cuando realizaba una inmersión en apnea y se procedió a alertar en el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, que localizó el cuerpo sin vida.

Dos buzos se sumergieron en la cueva y, poco antes de las 18:00 horas, encontraron el cadáver, a unos 22 metros de profundidad, al final de un túnel a unos noventa metros de la entrada en la Cueva del Delfín. Los especialistas recuperaron el cuerpo de la cueva y activaron a la comitiva judicial que, unas tres horas más tarde, procedió al levantamiento del cadáver. Los restos fueron trasladados hasta el Instituto de Medicina Legal (IMLC) de Girona, donde se practicará la autopsia para saber con certeza la causa de la muerte.

Investigación abierta

El juzgado de instrucción de guardia de la Bisbal d'Empordà y la Guardia Civil han asumido la investigación del caso para determinar qué podría haber sucedido exactamente para que el submarinista acabara muriendo en el fondo de una cueva muy conocida y visitada por los aficionados al buceo.

Las primeras hipótesis apuntan a que el ciudadano francés entró por uno de los diversos túneles, pensaba que había escogido a uno de recorrido corto, pero se equivocó y entró en el más largo, del cual ya no consiguió salir.