En un momento en que se han levantado algunas voces críticas hacia los MENA, existen muestras que ofreciéndolos los instrumentos necesarios estos jóvenes pueden construirse un futuro en nuestra casa. Con este objetivo, el restaurante DO de Granollers imparte cursos de cocina para chicos y chicas extranjeros tutelados por la Generalitat, y también para otros con situaciones complejas o que proceden de centros de menores como el de Quatre Camins. "Muchos no tienen familia ni papeles y algunos hasta presentan adicciones", asegura David Vázquez, propietario del establecimiento y presidente del Gremio de Hostelería del Vallès Oriental. El cocinero asegura que lo único que necesitan es "una oportunidad" y apunta que el 90% de los participantes acaban encontrando trabajo, sobre todo gracias a las prácticas que llevan a cabo en alguno de los 300 restaurantes adheridos al gremio que hay en esta comarca.

El restaurante Denominació d'Origen (DO) de Granollers se ha convertido en uno oasis en medio del desierto para muchos jóvenes con situaciones familiares y vidas complejas. Desde hace más de diez años, el establecimiento ofrece cursos de cocina para chicos y chicas menores de edad que no se han sacado la ESO y de otros de entre 17 y 25 años que proceden de centros de menores o que han emigrado de su país y ahora se encuentran bajo la tutela de la Generalitat.

"Normalmente son jóvenes que tienen problemas familiares, que no tienen los padres aquí y están solos, que presentan adicciones o que simplemente están rebotados con el sistema tradicional", explica David Vázquez, propietario del restaurante DO y presidente del Gremio de Hostelería del Vallès Oriental.

Vázquez reconoce que las primeras semanas siempre son complicadas, pero remarca que al final la mayoría de los estudiantes acaban adaptándose. "Al empezar siempre hay una barrera, pero cuando cogen confianza todo mejora porque tienen muchas ganas de formar parte de la sociedad que muchas veces los rechaza", indica.

En estos sentido asegura que estos cursos son una forma "de acompañarlos para que cuando tengan la mayoría de edad puedan encontrar trabajo en la calle". Así, remarca que el 90% de los participantes acaban insertándose en el sector de la hostelería, sobre todo gracias a las prácticas que llevan a cabo en alguno de los 300 establecimientos del Vallès Oriental que están adheridos al Gremio.

El cocinero detalla que cada año participan en estas sesiones un centenar de jóvenes. "No les intentamos enseñar a cocinar, lo que hacemos es explicarles cuál es la dinámica de una cocina, como funciona el oficio, les ayudamos a ser organizados y a partir de aquí van aprendiendo", comenta el presidente del gremio que asegura que también les dan la oportunidad de aprender el oficio de camarero.

Vázquez lamenta el recelo que existe hacia estos colectivos porque aunque admite que hay un porcentaje muy bajo que no encaja y con el cual es complicado trabajar, indica que en la mayoría de casos el resultado es satisfactorio. "Lo que se tendría que hacer es potenciar el vínculo con el territorio para que los vecinos y vecinas de los lugares donde se establece un centro de menores pudieran conocer estos chicos y chicas y crear sinergias", considera.

Una apuesta de futuro

Ramon Selva, exalumno del curso y trabajador actual del restaurante DO, asegura que esta experiencia "le cambió la vida". Afirma que aunque tuvo que pasar un tiempo en el centro de menores de Quatre Camins, se formó y actualmente tiene un buen trabajo. "Me saqué la ESO y el grado medio y aquí estoy", comenta Selva que señala que es una oportunidad "para fomentar el querer estudiar y aprovechar el tiempo".

Por su parte, Said Elbarnusi, uno de los MENA que está llevando a cabo este curso, explica que llegó hace unos meses con una patera procedente de Tánger. "Me gusta la cocina, ya había trabajado en mi país y me gustaría poder ser chef", asegura el joven de diecisiete años que se muestra preocupado porque en tres meses cumplirá los dieciocho. "No se que haré, donde dormiré, como comeré, lamenta Elbarnusi. Añade que cuando acabe el curso de Granollers empezará otro en Santa Coloma. "Sólo quiero trabajar y enviar dinero a mi familia, sólo quiero ayudarlos", remarca el chico que actualmente está durmiendo en un centro de Vilanova i la Geltrú.

Explica que cada día, él y un compañero cogen el tren y hacen más de una hora de trayecto para ir hasta el restaurante DO de Granollers. "Antes estábamos más cerca porque dormíamos en un centro de Vilanova del Vallès, pero no nos querían, lo cerraron y nos trasladaron", explica.

Fuentes municipales consultadas por la ACN han asegurado que el pasado mes de noviembre el Govern decidió ubicar a una treintena de jóvenes en la casa de colonias de la Masia de Can Rabassa de Vilanova del Vallès. Detallan que la Fundació Diagrama, que es la entidad que la DGAIA contrató para atender a estos jóvenes, firmó un acuerdo de seis meses con la casa de colonias - que tiene una concesión municipal. "Se podía renovar si lo decían tres meses antes, pero pasaron los seis meses y no pidieron ninguna renovación" apuntan los responsables municipales que indican que por esta razón los treinta menores fueron reubicados en otros puntos del territorio.