La Iniciativa Popular Salvems Cal Macià pondrá en marcha este mes una recogida de firmas para reclamar la compra y restauración urgente de la casa de Vallmanya, la masía solariega donde Francesc Macià veraneaba con su familia y donde celebró varias reuniones políticas durante su mandato como president de la Generalitat entre 1931 y 1933. Proponen que sea el Ayuntamiento de Alcarràs (Segrià), municipio al cual pertenece el núcleo de Vallmanya, el responsable de adquirir el inmueble y llevar a cabo una primera actuación para salvaguardar este patrimonio, aunque el consistorio dice que no lo puede asumir. La casa, uno de los últimos referentes del republicanismo leridano que quedan, se encuentra en mal estado de conservación y parte del tejado se ha hundido por la falta de mantenimiento.

Según informa ACN, la recogida de firmas se hará a través de una página web e irá acompañada de un manifiesto que la plataforma está elaborando. A la reclamación para que el Ayuntamiento adquiera la casa se podrán adherir personas individualmente, colectivos, entidades y otros ayuntamientos, según ha explicado el historiador y miembro de Salvem Cal Macià, Marc Macià, que ha remarcado que se trata de una "campaña en positivo pensada para salvar el patrimonio". "No queremos que nadie se sienta excluido de eso", ha añadido.

La web entrará en funcionamiento a partir de la segunda quincena de febrero, pasadas las elecciones del 14-F. De hecho, desde la plataforma han indicado que se esperarán hasta después de los comicios para evitar que esta reivindicación "sea cuestión de confrontación política". "Lo que nos interesa es que se salve el patrimonio", afirman.

De Prats de Molló a Vallmanya

La Iniciativa Popular Salvamos Casa Macià se volvió a "poner en marcha" el diciembre pasado después de conocer la noticia que un empresario había comprado la casa del president Macià en Prats de Molló (Vallespir) y había cedido el uso a una entidad que se encargará de la rehabilitación y gestión del inmueble. Aprovechando el impulso mediático, la plataforma creyó que la fórmula que se había seguido en Prats de Molló se podría repetir en Vallmanya, aunque después de dos meses admiten que la opción de una iniciativa privada "es muy difícil". Por este motivo consideran que lo "más sensato" es que el Ayuntamiento adquiera la casa, la cual está declarada Bien Cultural de Interés Local.

A eso, se suma el mal estado de conservación del inmueble, que ya ha perdido parte del tejado y también presenta una grieta en una de las fachadas laterales. "Hasta ahora no nos habíamos dado cuenta de que una parte del tejado ya está hundida. En una casa que no tiene tejado le queda poco tiempo de vida", ha indicado Macià, que argumenta que si una parte de la estructura cede, en los próximos años los costes para recuperar el edificio serán mayores. "A todas las instituciones les interesa arreglarlo ahora. Son unos desperfectos que pueden costar dinero pero que después pueden costar el triple", ha valorado.

Acción de defensa del inmueble el pasado mes de diciembre / @SalvemCalMacia

Así pues, la plataforma considera que el primer paso que hay que dar para conservar Cal Macià es que el Ayuntamiento de Alcarràs compre la casa, valorada en unos 120.000 euros, al actual propietario, un empresario agrícola. El consistorio en cambio, dice que eso le supondría una inversión de unos 1,5 millones de euros y que no lo puede asumir en solitario. Por el contrario, Macià ha insistido en que "la urgencia de ahora es adquirir la casa y lo que cueste arreglar el tejado para evitar que se hunda el interior", y que después a lo largo del tiempo ya se irá invirtiendo con una parte museística. "No hace falta que se haga todo en un año", explica.

Marc Macià ha asegurado que la casa de Vallmanya es uno de los únicos referentes del republicanismo leridano que restan y "la única casa que queda en pie" de la familia del president Macià. Por este motivo, defensa, "vale la pena" conservar el patrimonio arquitectónico, histórico, artístico y memorial que representa. "La memoria vinculada al republicanismo leridano ha sido absolutamente destruida", además de haber sido "poco reivindicada", ha afirmado Macià.

Un "refugio espiritual" para Macià

La casa de Vallmanya perteneció a la familia de Eugènia Lamarca, mujer de Francesc Macià. Después de la muerte el año 1897 del padre de Eugènia, el arquitecto leridano Agapit Lamarca, el matrimonio empieza a pasar muchos veranos en la casa solariega. Unas estancias que se alargarían hasta la muerte de Macià el año 1933, excepto el paréntesis en que vivió exiliado, entre 1923 y 1931.

Detalle del tejado, hundido por la falta de mantenimiento / ACN

Según el historiador Marc Macià, la casa se convirtió en un "refugio espiritual" para Macià, ya que era el sitio donde iba a "desconectar" de la vida como militar y, posteriormente, de la vida como político. Además de pasar horas con la familia, en el campo o leyendo, a partir de los años treinta, cuando vuelve y es president de la Generalitat, la casa también acoge reuniones políticas "de alto nivel" hasta su muerte en 1933.

Con el estallido de la Guerra Civil sin embargo, la familia del presidente se marcha al exilio y no es hasta los años cincuenta que su hija Maria vuelve a Vallmanya con la voluntad de recuperar la propiedad familiar. Se encuentra sin embargo, con que el Instituto Nacional de Colonización fragmenta la finca, que pasa de ocupar unas 3.500 hectáreas a quedarse con unas 400. "Transforma totalmente la finca y es parte de la represión que el franquismo aplica contra la familia Macià", explica el historiador. Finalmente los nietos venden la propiedad que pasa de manos hasta el actual propietario, un empresario ganadero.

 

Imagen principal: La casa de Macià en Vallmanya / ACN