Froilán, policía, after y cocaína rosa. Con estos cuatro elementos en un mismo titular, estaba claro que la noticia generaría alboroto. El pasado fin de semana la policía madrileña desalojó un after por acceso de aforo en la capital española y entre las 299 personas que llenaban la sala, cuando su límite era de 99, destacaba la figura de Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón, hijo de la infanta Elena y, por lo tanto, nieto de Juan Carlos I y sobrino de Felipe VI. De hecho, la noticia no solo fue que estuviera en este local, ya que el primer nieto de los reyes eméritos es uno habitual de la noche madrileña, sino que ya se hubiera marchado de Abu Dabi, donde su madre lo envió para reflexionar con su abuelo sobre su comportamiento inadecuado. Aparte de Froilán de Todos Los Antros, tal como ya lo han bautizado en las redes, el elemento que llama más la atención de este desalojo es la cocaína rosa, una droga que se ha vuelto muy popular entre los "pijos" de Madrid y que, aunque su nombre indique el contrario, no es cocaína, sino una mezcla entre ketamina y cafeína, teñidas de rosa para hacerla más vistosa. Aunque sea una de las drogas más baratas por su formulación, el tusi (el otro nombre con que ha sido bautizada) se ha devuelto la preferida entre las clases más altas, e incluso encuentran en fiestas con miembros de la aristocracia, como es Froilán.

Antes de que estallara el escándalo por su hallazgo este fin de semana, una más a la lista del cuarto en la lista de sucesión al trono español, el diario El País ya daba detalles de esta droga de "pijos", que justifica su precio por su olor (que recuerda a la de fresa) y su color rosa. Un gramo de tusi se vende a 80, 90 o 100 euros, mientras que el precio de la misma cantidad de cocaína, según un informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, baila sobre los 60 euros. No deja de ser irónico que las clases más altas compren una supuesta droga de lujo y que a veces, ni siquiera es droga. Tal como revelaba este medio, una asociación que trabaja para un consumo seguro de estupefacientes analizó hasta 150 muestras de tusi entre 2019 y 2022 y solo en 2 encontró cocaína. La mayoría era una mezcla de ketamina, MDMA y cafeína con colorante: un gramo de la primera costa entre 20 y 35 euros, y el de éxtasis, como máximo, 40.

Los efectos de la falsa cocaína rosa

Así, mientras su tía política, la reina Letizia, preside el patronato de la Fundación Española Antidroga, desalojan en Froilán de un after en que también encontraron esta pseudodroga de lujo. Con todo, aunque en la mayoría de casos no sea cocaína, el tusi sigue teniendo efectos muy negativos para sus consumidores, como alteraciones neurales, alucinaciones, paranoias, angustia, desmayos, golpes de calor o confusión mental. En el peor de los casos puede suponer un aumento del ritmo cardiaco o, incluso, la muerte.