Nueve años después, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha dictaminado que las cargas policiales en el desalojo del movimiento 15-M de la plaza Catalunya fueron injustificadas.

La sentencia que se ha hecho pública hoy condena a dos años y 4 meses de prisión al subinspector de los Mossos d'Esquadra, y en aquel momento jefe del dispositivo, Jordi Arasa, por dos delitos de lesiones. La condena incluye la inhabilitación del cargo de policía durante el tiempo que dure la pena y una inhabilitación de 1.500 euros para cada una de las víctimas.

 

 

El tribunal considera que el acusado tuvo una actuación "injustificada" durante el desalojo. Según la sentencia "en ninguno de los casos estaba justificado que el acusado hiciera uso de su defensa y no hay que hablar de error porque no actuó ante una situación de riesgo para proteger ningún bien jurídico ni lo podía representar así de ninguna manera". "En el caso que nos ocupa, no hemos visto ninguna situación que justificara
golpear a ciudadanos. La actuación de los Mossos tenía com objetivo posibilitar la entrada y salida de los camiones de la limpieza y para eso en ningún caso está justificado golpear a ninguna persona, a menos que esta última ponga en peligro algún bien jurídico que justifique de alguna manera la conducta del agente. No pasó nada de eso en los casos juzgados".

 

La sentencia ratifica que la acampada de plaza Catalunya de mayo del 2011 promovida por el movimiento de los indignados era un acto de protesta ciudadana pacífica. "En los hechos juzgados no hubo enfrentamientos con la policía, las líneas policiales no se hicieron para contener a la gente sino que para controlar que nadie saliera de la plaza o entrara, pero no hubo ningún intento de superar estas líneas y abordar la plaza, no hubo ningún incidente (en los hechos juzgados) que justificaran cargas policiales con defensas contra personas sentadas, no había situación de tensión porque la gente estaba sentada de manera pacífica".

 

Las tres magistradas destacan, además, que el rango y responsabilidad de Arasa exigía saber controlar la situación: "Tenemos que recordar que el acusado era el jefe del ARRO, es decir, se le presupone que sabe controlar la situación y no se deja llevar por una tensión que en este caso tampoco apreciamos".