La Policía de Israel ha recomendado que se impute el primer ministro, Benjamin Netanyahu, por la supuesta aceptación de sobornos en dos casos de presunta corrupción, aunque el jefe de gobierno ha negado en reiteradas ocasiones que haya cometido ninguna irregularidad. La Policía ha concluido que hay indicios suficientes para proceder a la imputación en el 'Caso 1000', en el cual se analiza la presunta entrega de regalos en Netanyahu por parte de dos productores cinematográficos, y en el 'Caso 2000', relativo a una conspiración con el dueño del diario 'Yedioth Aharonoth'. Según los investigadores, después de su elección como primer ministro el volumen de regalos recibidos por Netanyahu aumentó significativamente, hasta el punto de sumar un valor de un millón de shekels (casi 230.000 euros), informa el diario local 'Haaretz'.

Aunque la Policía sostiene que Netanyahu actuó "en contra del interés público", el aludido ha sostenido en una comparecencia televisada que lo hizo todo por el bien del país, "no por puros de amigos ni por una mejor cobertura en los medios", en alusión a los dos casos. "Las recomendaciones (de la Policía) no significan nada en una sociedad democrática", ha subrayado Netanyahu, dispuesto a "seguir liderando Israel de forma responsable". En este sentido, el primer ministro ha descartado dimitir por unas acusaciones que considera sesgadas. Netanyahu, que ha sido interrogado en varias ocasiones desde 2017, ha cuestionado la tarea de la cúpula de la Policía por su supuesta parcialidad, si bien la decisión final de la imputación corresponde en cualquier caso al fiscal general, Avichai Mandelblit.