Una de las protagonistas de la semana en Catalunya ha sido la chica argentina, que se ha hecho famosa por sus palabras catalanófobas en un vídeo publicado en el TikTok del portal Barcelona Secreta. La repercusión de este vídeo fue inmediata y pocos minutos después de ser publicado, las redes ya estaban inundadas de comentarios contra lo que había dicho, acusándola de catalanófoba y racista. "Cuanto más catalán, más intento evitarla", expresaba al ser preguntada por qué zona de Barcelona intentaba evitar. La polémica ha cogido tanto vuelo que ella misma ha hecho un vídeo afirmando que "el racismo tiene que partir de una posición de poder a una posición vulnerable". El vídeo, compartido en la red social X, ha obtenido respuesta de Manel Delgado, uno de los antropólogos más conocidos en Catalunya y profesor en la Universidad de Barcelona, y eso ha desencadenado un debate sobre decolonialismo, izquierda posmoderna, migración y clase social.

Migración, decolonialismo y neoliberalismo en el centro del debate

En el vídeo publicado en X, Paula, la chica argentina que además de odiar el catalán también es dominatrix, defiende que "la migración no es una cuestión de placer y no se escoge Barcelona porque nos guste" y argumenta que los flujos migratorios actuales "son fruto del colonialismo" de hace siglos. "Nuestras economías han sido saboteadas y robadas por Europa y los Estados Unidos", dice. La argentina también asegura que el término "catalanofóbico" es "irreal, racista y xenófobo" y es aquí donde señala que "el racismo tiene que partir de una posición de poder a una posición vulnerable".

Manel Delgado, en su tuit en lo referente al vídeo, defiende que "esta mujer recoge tópicos presentes en la izquierda posmoderna, variando decolonial." El decolonialisme se trata de una crítica a la universalidad del conocimiento occidental, percibido como superior al resto de conocimientos. Las perspectivas decoloniales, por lo tanto, ven esta hegemonía como la base del imperialismo occidental e intenta desvincularse de estas jerarquías de conocimiento eurocéntricas para permitir otras formas de existencia. Algunos usuarios que se han añadido al debate, sin embargo, señalan que los argumentos de la argentina para defender el decolonialismo "no salen de una lógica neoliberal".

La clase social como elemento de interseccionalidad de la opresión

El antropólogo, además, señala que no siempre el racismo va desde una posición de poder hacia una posición vulnerable: "Acuérdese de que el antisemitismo nazi fue una persecución contra un colectivo imaginado como más rico y poderoso", dice. Otro usuario le responde que aquello se trataba "de una posición minoritaria con respecto a la mayoría que tenía el poder" y señala que "en Catalunya el poder político, económico y social lo tienen los oprimidos y curiosamente los opresores y colonos son los andaluces que vinieron como mano de obra barata y ahora los latinos". Con lo cual, Delgado responde que "esta fue la lógica del lerrouxismo y de la invención del mito de la "burguesía catalana", una curiosa burguesía cuya característica fue que no tenía como contrapartida, como sería previsible, un proletariado catalán", desmontando la idea de que en Catalunya no existe (ni había existido) el proletariado catalán.

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