Con el debate abierto sobre si Barcelona es una de las ciudades más inseguras a raíz de los incidentes durante las fiestas de Mercè, ahora se celebran los primeros juicios con penas severas contra acusados de participar en los graves disturbios de las fiestas del año pasado y todavía con restricciones por la pandemia. La Fiscalía pide siete años de prisión para una persona por los delitos de atentado contra la autoridad y desórdenes públicos, que se produjeron en torno a la plaza de España, la madrugada del 25 de septiembre de 2021. También le acusa de un delito leve de lesiones a un agente de los Mossos de Esquadra, por el cual le pide una multa de 1.080 euros y que indemnice al policía con 420 euros, al herirlo levemente en el pie.

A pesar de las restricciones para controlar la Covid-19, el verano pasado y en la Mercè se convocaron botellones espontáneos en la ciudad, algunos de los cuales acabaron con disturbios y comercios rotos, como se ha repetido en menor medida este año. Los Mossos de Esquadra detuvieron a unas 52 personas por los incidentes vividos en la Plaza Espanya y en la playa de Bogatell en el marco de las fiestas de la capital catalana. Todos quedaron en libertad, y ahora se conocen los juicios con las peticiones de penas más elevadas. En concreto, la sección 21 de la Audiencia de Barcelona juzgará el próximo martes a la persona a quién la fiscalía pide siete años de prisión: tres años y seis meses de prisión por el delito de desórdenes públicos, agravado con el uso de objetos peligrosos y de poner en peligro a la vida de las personas, y tres años y seis meses más de prisión por el delito de atentado contra la autoridad con los mismos agravantes.

El relato de los incidentes

En el escrito provisional de acusación, la fiscal expone que el 25 de septiembre de 2021 por la noche y en el marco de las fiestas de Mercè, un gran número de jóvenes se citaron a través de las redes sociales para realizar un macrobotellón en la zona de la plaza España y la avenida Maria Cristina; se fueron concentrando en grupos y consumiendo bebidas alcohólicas, "incumpliendo las medidas de la Covid-19, ya que no se respetaba la distancia de seguridad ni se llevaba mascarillas", afirma.

La fiscal añade que hacia las siete menos cuarto de la mañana, grupos de jóvenes "concertados para alterar de forma grave la paz y tranquilidad ciudadana" quemaron vehículos y lanzaron objetos contundentes contra unas casetas de obras, rompieron cristales, y contra las líneas policiales lanzaron piedras y botellas de cristal "con el consiguiente riesgo para los agentes y los vehículos policiales". La fiscal detalla que el acusado, con las iniciales M.P.R, estaba en el cruce entre la Gran Vía de las Corts Catalanas y la calle Tarragona, y lanzó botellas de vidrios hacia los policías, que impactaron en sus escudos. Sostiene que cuando fue detenido por agentes de paisano, "después de identificarse como policías", el acusado propinó una fuerte patada en el pie izquierdo del agente, que le provocó una contusión y un hematoma, según la fiscalía. Por todo eso, pide que el acusado sea condenado a siete años de prisión.