Las costas gallegas se han llenado de millones de bolitas de plástico, que han puesto alerta a las organizaciones ecologistas, que ya exigen un plan de acción y contingencia a las autoridades con el fin de evitar un desastre medioambiental. Pero ¿qué son exactamente los pèl·lets? ¿Y cuáles son realmente sus riesgos para el medio ambiente y la salud humana? Los pèl·lets son pequeños gránulos de plástico que se utilizan para fabricar casi todos los productos de plástico, es decir, son la materia prima con la cual se producen diferentes artículos de la vida cotidiana como botellas de agua de plástico, contenedores y bolsas. La mayoría son microplásticos —de hasta 5 mm—, aunque alguno de los que se han encontrado en las costas de Galicia podrían ser ligeramente mayores. Se fabrican a partir del petróleo en diferentes industrias y están compuestos de polietileno, polipropileno, poliestireno, cloruro de polivinilo o resinas sintéticas. No tienen que confundirse con los pellets de biomasa, que son pequeños cilindros no contaminantes creados a partir de aserraduras para calentar estufas o calderas.

¿Son peligrosos los pellets?

La presencia de los pèl·lets de plástico en el mar está documentada desde los años 70. Habitualmente, provienen de vertidos accidentales como los que se produjo en los contenedores del mercante Tocano, que cayó al mar mientras navegaba por aguas portuguesas, y al ser productos tan pequeños fácilmente son arrastrados por el mar y el viento. Los primeros plásticos llegaron a la comarca de Barbanza, en la zona norte de la ría de Arousa, pero la contaminación ya ha afectado a todo el litoral gallego y ha llegado hasta Asturias. A medida que los plásticos van degradándose se vuelven cada vez más pequeños, pero tardan mucho en descomponerse por completo.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha asegurado que sigue la evolución del vertido y ha ofrecido a la Xunta la "colaboración y ayuda a que consideren necesaria". Por su parte, la Xunta está analizado el material, pero todavía no han presentado los resultados. La vicepresidenta segunda de la Xunta y conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, ha asegurado que las pequeñas bolas de plástico "no son tóxicas ni peligrosas", pero ha añadido que "es plástico y hay que sacarlo de la playa". La empresa que llevaba el material también ha apuntado que el material no es tóxico.

Aunque la empresa que transportaba el material ha afirmado que "no es tóxico", estos microplásticos pueden alterar los ecosistemas. Primero, porque los animales marinos, como tortugas marinas, pájaros marinos y mariscos, pueden confundirlos con alimentos y acabar muriendo después de comerlos, y, en segundo lugar, porque los pellets pueden absorber toxinas que los animales ingieren. La pesca para el consumo humano también puede hacer que los microplásticos lleguen a los platos. Sin embargo, la Comisión Europea, alerta que una vez en el medio ambiente, los pellets de plástico son casi imposibles de limpiar. Su liberación continua contribuye a la contaminación permanente de los ecosistemas y cadenas alimenticias.

¿Suponen un riesgo por la salud humana?

La Agencia Española de Seguredad Alimentaria y Nutrición (AESAN) aclara que la preocupación mayor en relación con esta situación de contaminación radica de los llamados microplásticos y nanoplásticos: "Los peces pueden mostrar altas concentraciones, pero dado que están presentes principalmente en el estómago y los intestinos, generalmente son eliminados y no constituyen una importante fuente de exposición para los consumidores". No obstante, este no es el caso de los crustáceos y mariscos bivalvos, pues, al consumirse también su trato digestivo pudrían más directamente llegar al consumidor". Además, se ha detectado presencia de microplásticos en productos como la miel, la cerveza o la sal marina. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha identificado como "riesgo emergente" la presencia de estas partículas en los alimentos, aunque evidencia que se desconocen los efectos exactos del consumo de microplásticos.