El director y fundador de la ONG Proactiva Open Arms, Òscar Camps, ha tildado de "amenaza" la autorización que han recibido este miércoles para zarpar del puerto de Barcelona y para traer ayuda humanitaria y ha asegurado que, a pesar de la restricción, "protegerán vidas" si hace falta. Después de estar bloqueado más de cien días, el barco Open Arms ha recibido el permiso para zarpar y traer ayuda humanitaria a las islas griegas de Samos y Lesbos, pero no para participar en tareas de rescate de inmigrantes en el Mediterráneo central. 

"Más que una autorización, es una amenaza de multas estratosféricas de 300.000 a 900.000 euros en caso de desobedecer las indicaciones", ha lamentado Camps, quién ha tildado el permiso en el barco, de "incongruente y técnicamente incomprensible".

Además, ha asegurado que, si hace falta, rescatarán vidas. "Si, por desgracia, somos testigos de una situación donde haya vidas en peligro, evidentemente que protegeremos vidas y lo que imperará es el sentido común y el derecho internacional por encima de cualquier argumento administrativo por muy caro que sea", ha afirmado.

"La autorización nos exige una infinidad de explicaciones como detallar dónde vamos, como vamos, a qué velocidad, por qué ruta o si pararemos por el camino", cosa que es "inusual y nada operativa", ha denunciado.

Desavenencias con los representados políticos

Camps ha criticado también que la autorización tenga una clara "intención política" ya que, según su opinión, mantener el barco parado en el puerto de Barcelona "resta votos".

Ha dicho haber escuchado las explicaciones sobre "por qué el barco está retenido" de la número uno del PSC por Barcelona para el 28-A, Meritxell Batet, y del primer secretario del partido, Miquel Iceta, y no haber entendido "todavía los motivos que argumentan".

"Es muy difícil -ha añadido- explicar técnicamente como para un barco de salvamento cuándo hay 400 muertos bajo tu conciencia, pero la gente no es tonta".

Camps también ha aseverado que no le "perdonarán" al Gobierno "la parte de responsabilidad por haber bloqueado el barco de salvamento cuando es conocedor de la situación del corredor más mortífero del planeta como es el Mediterráneo central", y ha dicho que "negociarán" con quien "toque" después de las elecciones generales.

El barco está bloqueado desde principios de enero en el Puerto de Barcelona, después de que el ministerio de Fomento le denegara el permiso para zarpar alegando razones de seguridad, ya que no había podido desembarcar a los inmigrantes que rescataba del Mediterráneo en los puertos más próximos, como marcan los convenios internacionales, a causa de la negativa de estos países a acogerlos.