La última encuesta sobre relaciones sociales y afectivas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reveló que el 47,7% de los españoles está "de acuerdo o muy de acuerdo" que una persona puede mantener "dos o más relaciones afectivosexuales al mismo tiempo". Esta práctica, es decir, tener relaciones afectivas fuera de la monogamia, se ha llamado en los últimos años con el término "poliamor". Aunque cerca de la mitad de la población vea con buenos ojos este tipo de relaciones, desde la Conferencia Episcopal Española (CEE) los obispos han recibido el dato con "preocupación" y han defendido la propuesta de la iglesia de la vocación al matrimonio, a la paternidad y a la maternidad.
El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, obispo responsable del servicio de pastoral vocacional de la CEE, ha asegurado en un encuentro con la prensa que "la cultura dominante del poliamor" le "preocupa como miembro de la Iglesia y como ciudadano" no solo porque va "en contra de una determinada moral" sino "como una manera de entender la articulación del tejido social". También ha criticado que "eso del poliamor queda bonito en la jerga de la cultura dominante, pero si en vez de poliamor hablamos de poligamia, entonces la cosa suena diferente".
"Se puede vender con el envoltorio de una vida de 'jiji jaja' en qué cada uno puede hacer lo que quiera y cuándo quiera, pero después pasa lo que pasa, y al mismo tiempo decimos: ¿Qué les pasa a los adolescentes? ¿Qué pasa con la salud mental? ¿Qué pasa con la nueva edición del malestar cultural"?, ha reflexionado. En este sentido, ha pedido "hacer una importante reflexión social porque, si no, seguimos haciendo el elogio del individuo" y ha lamentado que, según su opinión, las sociedades actuales están "genuinamente desvinculadas". "Las sospechas sobre los vínculos o la fugacidad de los vínculos tienen consecuencias", ha advertido.
Los obispos lamentan que "las decisiones para toda la vida se tardan en tomar"
Argüello ha señalado que en los últimos años se ha producido una disminución del número de matrimonios celebrados por la Iglesia, en una proporción similar al descenso de candidatos al sacerdocio y del número de niños bautizados. En concreto, la cifra de seminaristas mayores en España bajó hasta los 974 el curso 2022-2023, 54 menos que el curso 2021-2022, siendo la primera vez que este dato cae por debajo de los 1.000, según la estadística de la CEE. Por otra parte, los matrimonios aumentaron un 63 % en el 2021, pero un 83,3 % de estos fueron civiles enfrente del 16,7 % de católicos. Concretamente, hubo 123.012 matrimonios civiles enfrente de 24.607 religiosos.
En cuanto a la crisis de vocaciones de especial consagración, Argüello se ha preguntado si eso es debido a "que Dios no llama" o si "tiene que ver con la secularización". "¿De qué hay más crisis en este momento: ¿de vocaciones a seminarios, al noviciado o a la vida cristiana en conjunto? Creo que hay una cierta proporción", ha afirmado el obispo. A eso se suma el hecho que, según ha advertido, la edad a la que se casan las parejas, tienen hijos o llaman en las puertas de los seminarios y monasterios, es cada vez mayor. "Las decisiones para toda la vida se tardan a tomar", ha constatado. Asimismo, este retraso a la hora de tomar decisiones, lo ha relacionado también con la falta de estabilidad en el trabajo, que ya tampoco es "para toda la vida".
