Las comisarías de los Mossos d'Esquadra en Barcelona disponen, desde el 1 de febrero, de una pistola eléctrica Taser, según ha informado betevé. El junio pasado se empezaron a implementar este tipo de arma en la región policial de Girona.

Estaba previsto que las Taser se distribuyeran en Barcelona en el mes de agosto, pero problemas administrativos en la licitación de los desfibriladores han retrasado su implantación.

En total la ciudad dispone de catorce pistolas: una por cada una de las áreas básicas policiales, que se corresponden con los distritos de la ciudad, y cuatro para los Servicios Centrales y el Área Regional de Recursos Operativos (ARRO).

Esta pistola eléctrica dispara una descarga durante un máximo de cinco segundos y anula momentáneamente a la persona. Su uso está restringido en casos muy concretos, cuando alguien está muy alterado y hace falta contenerlo. Sólo la puede utilizar el jefe de turno de la comisaría.

 

Su utilización va ligada a dos herramientas más: una cámara que lleva al pecho el agente que lo utiliza y un desfibrilador automático que tiene que haber en el coche patrulla.

Los Mossos utilizaron la Taser por primera vez en Salt (Gironès) para reducir a un hombre que estaba en un bar que había agredido a la mujer y el hijo.