Durante el confinamiento por el coronavirus muchas personas han dejado de lado el hecho de maquillarse. Quizás para una reunión de Zoom o para hacer una quedada virtual pero, en general, pintarse para ponerse delante del ordenador y hacer teletrabajo se ha encontrado absurdo. Ahora, con la nueva normalidad y durante las fases de desescalada ya se han ido haciendo salidas y quién más quién menos ha recuperado los hábitos. Además, hay que añadir el hecho de llevar mascarilla, que es obligatoria en espacios abiertos y cerrados.
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Además de estos aspectos que podrían ser considerados como prácticos, hay que tener en cuenta que con la mascarilla se nos ve sólo media cara. El calor del verano podría no ser tampoco un gran aliado en este sentido. Por lo tanto, las personas que opten por maquillarse se tendrán que fijar más en la resistencia o permanencia del maquillaje.
Así, las empresas buscarán llamar la atención sobre las partes visibles de la cara, como por ejemplo, ojos o cejas. Mientras que otros elementos como los labios no serán tan prioritarios.
"El uso de las mascarillas faciales tendrá un impacto significativo en el uso de la barra de labios", explicaba a la directora de belleza y cuidado personal de Mintel, Roshina Khanom, al diario británico The Independent. "El maquillaje de ojos podría experimentar un repunte cuando se busquen otras áreas para expresarse".
De esta manera, Khanom detallaba que las marcas tendrán que experimentar con productos más resistentes y que duren más para evitar manchas o que el maquillaje se mueva con las mascarillas.
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