El mapa religioso de Catalunya, impulsado por la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Catalunya y recientemente actualizado, indica que hay un total de 7.260 centros de culto activos que representan a 15 confesiones, repartidos por todas las comarcas y municipios. La evolución de los últimos cuatro años, evidencia un goteo en el cierre de iglesias católicas, unas 291, aunque sigue siendo la confesión mayoritaria, con 5.665 centros que representan el 78% del total. Por el contrario, las religiones que crecen en número de centros son: la iglesia evangélica, que tiene un total de 889 centros, 101 más que en el 2020, seguido por el islam, con unos 326 oratorios, unos 42 más que en el 2020. Este crecimiento es motivado básicamente por la inmigración, que en el caso de la población latina también reaviva las parroquias católicas, además del pentecostalismo, movimiento evangélico que más crece.

Se indica que los Testigos Cristianos de Jehová, el budismo, el hinduismo, el judaísmo, entre otros, mantienen una presencia estable y arraigada en Catalunya, aunque han perdido algunos centros, según el inventario. El mapa de centros religiosos -que se realiza desde el 2004 y se ha actualizado recientemente con datos de 2024-, permite buscar los centros -i sus nombres- que hay en cada municipio y comarca, e incluso el nombre de las instituciones. Por ejemplo, Barcelona tiene un total de 578 centros de culto de las 15 confesiones. Son: 225 iglesias católicas, seguidas de cerca por las evangélicas, con 209 centros, y más lejos los oratorios islámicos (40), y centros de budismo (27). La capital catalana registró unos 30 casos de discriminación religiosa, la mayoría islamófoba, el año pasado.

 

"Consolidación de la diversidad"

En conversación con ElNacional.cat, el director general de Asuntos Religiosos, Ramon Bassas, explica que estos datos evidencian "una estabilidad y consolidación de la diversidad" de los centros de culto a Catalunya, donde "no se registra ningún boom" de confesiones emergentes, como había pasado hace una década. Con respecto a l'apertura de centros, también indica que hay que tener en cuenta la organización interna de cada confesión. Por ejemplo, la religión católica tiene una estructura jerárquica centralizada, mientras otros cultos funcionan de manera autónoma y dependen más directamente de los recursos y la presencia de fieles en el territorio (islam y evangélicos).  Bassas detalla que el mapa catalán es "un inventario hecho pisando el territorio", y avanza que desde el Departament de Justicia se trabaja con el Ministerio de Justicia para intercambiar información, puesto que la obligación de registrarse de los centros es un registro de ámbito estatal.

Problemas de urbanismo

En la evolución de las cifras se descubre que había 6.701 iglesias registradas en el 2013, de las cuales un millar han sido cerradas o unidas, según la reestructuración de los obispados ante la reducción del número de fieles, recogidas en el estudio. Y, la consolidación de la diversidad se evidencia con una conmemoración: los 50 años del primer oratorio islámico Barcelona, que se celebró el noviembre pasado.

Preguntado por incidentes puntuales, como la oposición vecinal a la obertura de mezquitas en ciertos municipios, Ramon Bassas responde que "actualmente no hay un rechazo social real" en la sociedad catalana, de la cual recuerda que el último barómetro la sitúa como "tolerante" a diferentes cultos. Sin embargo, afirma que siempre hay que estar alerta por si salta alguna chispa, como en el caso del incendio del oratorio de Piera, donde -después del suceso- se celebró una manifestación contra el discurso de odio.

El director general de Asuntos Religiosos añade que actualmente "hay más problemas urbanísticos para ubicar los centros de culto". Es el caso de la negativa a permitir l'obertura de centros evengélicos en calles estrechas y en el casco antiguo de la ciudad porque algunos causan problemas de ruidos (como ha pasado en Barcelona), o los oratorios islámicos que se aceptan en zonas calificadas de industriales en ciertos municipios, y otros no. Desde Asuntos Religiosos hacen de mediadores, discretos, entre comunidades religiosas y municipios, con la apuesta del diálogo para resolver discrepancias.

En este sentido, Bassas avanza que Asuntos Religiosos convocará una jornada en otoño para presentar un estudio en el cual se explican los casos de 35 municipios y cómo han resuelto la integración de nuevos centros de culto en sus ciudades. El director general de Asuntos Religiosos declara que es necesaria una reforma del Plan General Metropolitano (PGM) -que hace tiempo que está en estudio- para favorecer modificaciones y una "flexibilización" de la normativa urbanística para permitir estos espacios religiosos. "En el futuro, el PGM tiene que contemplar estos usos", manifiesta Bassas, que pone el ejemplo que hay municipios que permiten abrir oratorios en zonas industriales, pero alerta que, "no se ha de abusar" y que "no han de estar lejos del núcleo urbano porque genera otros problemas, como la accesibilidad".

Alerta con el discurso de odio a las redes

Preguntado por el aumento del discurso de odio en las redes por parte de grupos de extrema derecha contra la población inmigrada, el director general de Asuntos Religiosos admite que "la islamofobia crece a tenor las redes sociales", pero no, en las calles de Catalunya. "En las redes se tergiversan ideas, como que se ha prohibido el burkini en Ripoll, cuando no ha habido ningún caso", sostiene. Ahora bien, contra estos discursos, Bassa manifiesta: "Los demócratas nos tenemos que poner las pilas", y recuerda que "l libertad religiosa es un derecho fundamental" .