La jueza ha dejado en libertad provisional a los dos acusados de agredir a dos voluntarias de la plataforma Barcelona con la selección el pasado 4 de junio. Con todo, la magistrada les ha prohibido acercarse a menos de un kilómetro de las víctimas y de cualquier acto de aficionados o simpatizantes de la selección española. El acusado que iba encapuchado tendrá que acudir a los juzgados cada 15 días, y el otro, todos los primeros lunes de cada mes.

Es lo que había pedido al Fiscal. Sólo la acusación particular ha pedido la medida cautelar de la prisión provisional y además la había solicitado sin fianza. La defensa ha alegado que no existe el riesgo de fuga y que las medidas son desproporcionadas.

A los dos detenidos los investigan por un delito contra los derechos fundamentales y libertades públicas. Uno de los acusados es un encapuchado que se habría acercado al puesto destrozando la carpa e insultando, amenazando y agrediendo a las dos voluntarias. A una de ellas le robó un bolso de mano. El otro es el conductor del coche que, media hora más tarde de la primera agresión, se acercó a las mismas víctimas y las insultó, amenazó y vejó. 

El abogado del encapuchado ha alegado que todo fue "una gamberrada" y que su cliente "se siente mal por eso". El letrado ha detallado que el acusado "había ingerido alcohol en grandes cantidades" y que "la prisión es excesiva y sacada de contexto".

Los argumentos del juez

Según el juez, "lo que se califica como una gamberrada" es un delito "contra el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas". El detenido ha negado que interviniera en los hechos. Ha dicho que sólo intentó apartar a un compañero suyo, pero según el escrito del juez "puede observarse en las imágenes cómo empuja a un hombre" y que después "coge por la cabeza a la mujer que estaba en el suelo forcejeando con él".

El juez remarca que aunque las lesiones son leves y los desperfectos no son graves, "la motivación ideológica implica una lesión a la dignidad de las personas con acciones que suponen humillación, descrédito y menosprecio de un grupo de personas por razones de pertenencia a un grupo con una ideología diferente al de las personas que hacen el acto de odio, hostilidad o violencia".

La resolución judicial recoge los insultos del grupo agresor: "Putas españolas, os mataremos, fuera la bandera española" y "putos españoles de mierda, perras españolas, os marcháis a vuestro país, hijos de puta".

El conductor y el escupitajo

El otro acusado es el conductor que, media hora después de los hechos, se acercó con el coche a las víctimas y las insultó. Su acompañante les tiró un líquido amarillo y después las escupió. El juez no se ha creído su declaración cuando ha dicho que sólo les preguntó ¿"qué pasa"? y ellas respondieron agresivamente.

El conductor, además, está implicado en otro procedimiento penal por causas también ideológicas, y eso hace que el juez no se lo haya creído

Los acusados son "dos españoles de Barcelona" de 30 y 31 años, según dijo el conseller de Interior, Jordi Jané, en una comparecencia sin muchos detalles horas después de las detenciones. Los Mossos d'Esquadra los detuvieron ayer junto con la identificación de dos personas más relacionadas con la agresión que están en libertad esperando que las cite el juez.