Tras las lluvias abundantes que regaron la mayor parte del país a finales de abril, y con los embalses de las cuencas internas rozando el 25% de su capacidad, la Catalunya que depende del sistema Ter-Llobregat deja atrás la fase de emergencia por sequía con el relajamiento de las restricciones que eso supone. Así lo ha acordado el Govern esta mañana, tal como ha anunciado la portavoz a Patrícia Plaja y el conseller de Acció Climàtica David Mascort en rueda de prensa.

A pesar de advertir que con estas lluvias la sequía no se ha acabado, y que esta sigue siendo grave, la portavoz ha celebrado que esta agua caída del cielo ha permitido dejar atrás la fase de emergencia: “El aumento de reservas nos permite modificar a la baja las restricciones que han estado los últimos meses”, ha anunciado.

El conseller Mascort ha querido recordar que esta es la “peor sequía de la que tenemos registro” que ha llevado al Govern a tomar “decisiones no siempre fáciles” en los últimos tres años, pero que estas han servido para “superar mínimos históricos sin afectaciones generalizadas”, destacando, eso sí, el esfuerzo del sector primario y los agricultores, que son los que más han sufrido estas restricciones por la falta de lluvias.

Las piscinas comunitarias se podrán llenar

Uno de los temas que más polémica había generado durante los últimos meses era el uso de las piscinas y las limitaciones para llenarlas de agua. Ahora, con el cambio de fase, la situación también cambia y solo se prohibirá llenar aquellas que son de carácter privado, mientras que se permitirá llenar las piscinas comunitarias, algo que afecta a hoteles, campings, comunidades de vecinos y clubes deportivos.

En emergencia desde principios de febrero

A principios de abril, después de unas jornadas en el mes de marzo, el conseller Mascort planteó la posibilidad de levantar la fase 1 de emergencia, cuando según los datos del ACA sobre el estado de los embalses se situaba un poco por debajo del 17%. El mismo Mascort se autoenmendó y consideró que “no tendría sentido” dar este paso: “Si tenemos que levantar la emergencia y volver a la excepcionalidad, pero 15 días después tenemos que volver a la emergencia, no lo haremos”. Días antes había asegurado que no descartaba esta posibilidad en caso de que continuara “lloviendo mucho”.

El anuncio de la entrada en emergencia de todo el sistema Ter-Llobregat por parte del president Pere Aragonès y del conseller Mascort se produjo el 1 de febrero. En aquel momento, los embalses que abastecen esta región, en la cual viven unos seis millones de habitantes en 202 municipios, se encontraban por debajo de los 100 hm³ (un 16% de su capacidad), por lo cual el cambio de fase era inevitable, siguiendo las indicaciones del Pla Especial de Sequera con el que se ha regido toda esta crisis.

Durante las últimas semanas, tanto el presidente como el conseller habían descartado que hubiera nuevas restricciones por los catalanes —que en fase de emergencia tenían que tener un consumo de agua de 200 litros por habitante y día—. Esta cifra todavía se habría reducido en caso de la fase de emergencia 2 y la 3, pero finalmente, gracias a las lluvias de finales de abril —muchas hicieron diana en las cabeceras de los ríos y en los mismos embalses—, se ha podido evitar. También la llegada de barcos con agua procedente del puerto de Sagunt, que ya estaba prevista para este verano.