La Audiencia de Barcelona ha reabierto la causa contra el humorista Jair Domínguez por decir el febrero pasado en Catalunya Ràdio que el "fascismo" y "Vox" se tenían que "combatir con un puñetazo en la boca". Vox atribuye a Domínguez un delito de odio por vincular la formación con el fascismo e instar a combatirla con violencia y presentó una querella contra él y el director de la radio, Saül Gordillo, que un juzgado de Barcelona archivó. Un recurso de Vox ha hecho que la Audiencia reabra el caso y obligue al juzgado a interrogar como investigado al humorista.

El magistrado considera que Jair Domínguez incitó la audiencia a manifestarse contra Vox: "De la misma manera, el altavoz en que el discurso se pronunció, un programa de radio matinal con casi medio millón de oyentes, que, como el mismo querellado señala, no resultarán simpatizantes de Vox, incrementa exponencialmente la repercusión de su contenido y por lo tanto el riesgo incitador inherente a la misma literalidad de las manifestaciones expuestas".

Y argumenta que a pesar de que no hubo disturbios y que los oyentes de Catalunya Ràdio no son del perfil de los que pueden provocar los desperfectos durante las protestas, considera que las manifestaciones de Jair Domínguez eran un peligro: "El hecho de que no hubiera disturbios los días posteriores al hecho denunciado (obvio, pues ya había acabado la campaña electoral), así como que la presunta audiencia del programa no esté conformada por personas con el perfil inherente a la comisión de actos violentos, resulta sin duda insuficiente como para dejar de lado el presunto peligro concomitante a las manifestaciones del querellado. Como hemos dicho, el delito exige un peligro abstracto, que no concreto. Ante una audiencia de casi medio millón de oyentes de un programa en lengua catalana, resulta estadísticamente improbable que ninguno de ellos pudiera verse azuzado por el discurso en cuestión. No hay una clase o rango social que pueda considerarse acreedora de los disturbios ocasionados durante la campaña electoral, y por lo tanto no se puede concluir que no fuera una audiencia potencial del programa de radio referido".

 

 

El juez justifica que la investigación siga no por lo que pasó, sino por lo que hubiera podido pasar con las declaraciones de Domínguez. Un caso claro de lo que se denomina "justicia preventiva": "Ante la falta de diligencias necesarias para concluir la instrucción, consideramos necesario que se dé curso a las mismas al concurrir bastantes indicios, en el momento procesal actual, que determinan la improcedencia del sobreseimiento de las actuaciones, y eso sin perjuicio de la decisión de que se adopte al finalizar la misma".

La denuncia de Vox

El partido ultra Vox denunció el febrero pasado el presentador y periodista Jair Domínguez ante el juzgado de instrucción de Barcelona, acusándolo de un delito de odio. El partido aseguraba que el tertuliano instó a combatir Vox "con un puñetazo en la boca" en el programa La mañana de Catalunya Radio el 18 de febrero. En realidad dijo la frase pero referida "al fascismo". La vicesecretaria jurídica de Vox, Marta Castro, denunciaba también, en su escrito en el juzgado, que el colaborador "hace una identificación, absolutamente infundada, indebida e irresponsable, de Vox con el fascismo" y "refuerza esta identificación de Vox al calificarlo también de neonazi".

Castro aseguraba en su escrito que la intervención de Domínguez no fue aislada, e incorporaba una noticia publicada en un medio de comunicación, donde a su entender insultaba a los votantes de Vox con la frase "el resultado en la Catalunya poligonera es neonazi". Domínguez verbalizó su mensaje dirigiéndose a los habitantes de Vilamalla (Alt Empordà) y La Pobla de Mafumet (Tarragonès), donde ganó Vox, aunque lamentaba con sorna: "No me oirán, no creo que escuchen Catalunya Ràdio. Pero hay que decirlo, porque me estremece que un pueblo vecino vote tan fuertemente en favor del fascismo". El colaborador, que es de Figueres, reconoció que el resultado en Vilamalla había sido una cura de humildad y preguntó: "¿El pueblo más poligonero del Empordà vota Vox? Al final resulta que la Catalunya poligonera es neonazi, ¿quién lo iba a decir?".

El caso se archivó el 18 de junio pasado, pero Vox presentó un recurso el 2 de septiembre y ahora la Audiencia lo ha hecho reabrir.