El coronavirus ha hecho crecer el interés por los juegos de mesa. Para intentar pasar más tiempo juntos, para evitar las pantallas, para aprender más cosas sobre quién tienes delante... los confinamientos han hecho que muchas personas hayan descubierto un nuevo entretenimiento. Pero no únicamente. ¿Podría ser que fuera una buena herramienta para las escuelas? Los juegos, además de servir para entretenernos, también hacen que se puedan aprender cosas y socializar. Durante la semana de la Acción Mundial para la Educación, son muchos los profesores y pedagogos que reflexionan sobre como el juego de mesa puede ser un apoyo educativo y reforzar algunos aprendizajes del aula. "Las metodologías activas son hoy un gran aliado en cualquier proceso de aprendizaje: el juego de mesa es aprender en cualquiera de sus dimensiones, con él se implementan funciones cognitivas y ejecutivas importantes", comenta la licenciada en pedagogía y autora de la plataforma Play Learning, Maria Couso.

Así, a través de la dinámica de un juego se puede aprender, por ejemplo, a respetar el turno de juegos, toma de decisiones cuando se tiene que escoger qué acciones hacer y planificar tareas. Además, en algunos juegos cooperativos también se puede impulsar el trabajo en equipo. "La flexibilidad cognitiva consiste básicamente en adaptarse a los cambios que van pasando durante la partida y la necesidad de acomodarse a la estrategia", argumenta. Incluso, detalla, se puede trabajar la memoria, a la hora de memorizar algunos datos durante un rato o tiempo determinado.

También hay vida más allá de los aspectos cognitivos. En el ámbito emocional, también ayuda a crear vínculos y respeto por las ideas del otro. "Cuando jugamos aprendemos que no todos pensamos igual y que cada uno tiene una perspectiva diferente y forma diferente de ver una actividad", constata la pedagoga. "No hay dos jugadores iguales porque no hay dos personas iguales".

Juegos de mesa con objetivos

Los juegos de mesa pueden tener múltiples objetivos aparte del principal, que es el de entretener. Algunos, sin embargo, fomentan también el aprendizaje, dejar vía libre a la imaginación o a la estrategia. "Los juegos de cartas ofrecen la posibilidad de crear estrategias para convertirse en el ganador de la partida, ejercitando la agilidad mental y aprendiendo valores de juego", detalla la directora de marketing de la editora de juegos francesa Asmodee, Rocío Martínez. "Cualquier juego tiene la mágica de la adaptación", y subraya que "lo más importante es querer adoptarlo al contexto educativo en el cual estamos inmersos", añade Couso.

De esta manera, pone de manifiesto que cada vez son más los juegos que están creados desde su origen con un objetivo pedagógico. Son los denominados "serious games", y están enfocados al aprendizaje de habilidades concretas.

 

 

Imagen principal: un juego de mesa pensado especialmente para los más pequeños / Unsplash