El empresario andorrano Joan Besolí, encarcelado entre 2017 y 2019, junto con el expresidente del Barça, Sandro Rosell, con el que eran socios en algunos negocios. Después de casi dos años en prisión preventiva, investigados por presuntos delitos de organización criminal y blanqueo de capitales en el Brasil, quedaron exculpados de todos los cargos. Ahora, la Audiencia Nacional ha autorizado una indemnización de 70.000 euros en concepto de daños morales, aunque, él había solicitado 4,6 millones de euros. Besolí se ha mostrado triste y decepcionado por la indemnización de la justicia. En una entrevista este miércoles en RAC1 ha asegurado que se considera una víctima colateral de la Operación Catalunya contra el independentismo. Y ha advertido que reivindicará una compensación justa hasta los tribunales europeos, ya que él pedía 4,6 millones de euros por daños morales y reputacionales, los gastos de todo el proceso judicial y los desplazamientos de familiares a|en la prisión para visitarlo. "Estos 70.000 euros hace tiempo que les tenemos gastados en abogados, en peritajes... Todo eso es 'peccata minuta'", ha añadido.

Críticas a la justicia

Joan Besolí se ha mostrado muy decepcionado con la resolución de la justicia. "Pensaba que habría un poco más de humanidad, pero hacen la sentencia como si estuvieran desayunando en el bar", ha lamentado, además cree que los jueces que han dictado la sentencia no saben lo que es "dormir en una cama llena de chinches". La sentencia valora el dolor que le causó la prisión preventiva en daños de "carácter leve o moderado". El socio de Rosell ha manifestado que "es surrealista". En la entrevista, Besolí ha recordado que pidió hasta en 12 ocasiones su traslado a Barcelona para poder visitar su hijo parapléjico al hospital, aunque fuera vigilado por la policía, pero a la magistrada Carmen Lamela siempre se la denegó "sin ningún escrúpulo ni ningún miramiento humano ni personal".

De hecho, Besolí se querelló contra la jueza, ahora ascendida al Supremo. El alto tribunal ya se la tumbó, pero lo han llevado hasta Europa. Tienen previsto hacer lo mismo con la demanda por daños y perjuicios: "Nosotros ahora presentaremos una reclamación en el Supremo y, después, en el Constitucional. Iremos hasta el final", ha avisado. Sobre la situación judicial con Lamela ha detallado que "nos querellamos contra Carmen Lamela. Fue al Supremo, tocó el juez Marchena y lo recusamos, pero nos lo denegaron. No entiendo la maldad de las personas, la maldad de esta jueza, pero es que, detrás de ella, había tres jueces de una sala que validaban todo lo que decía", ha recordado.

El empresario se considera un daño colateral de la operación Catalunya y se siente "víctima". "Aquí había una conjura y yo fui un daño colateral", ha lamentado Besolí, que recuerda como aquellos dos años encerrado le cambiaron la vida. "No es fácil. Te desordenan la vida de una manera que es difícil volver a ser una persona arreglada", ha concluido. Volver a la vida normal después de casi dos años de estar desconectado del mundo no es fácil y todavía me está costando. Muchas veces necesito estar solo. Mis amigos pasan días sin saber nada de mí, porque no tienes tantas ganas de hablar como antes," ha añadido.