La seguridad en Barcelona está en el punto de mira. Este miércoles el debate está más latente que nunca después de que una chica de 26 años y de nacionalidad española haya muerto en el hospital después de ser apuñalada en un local de ocio del Moll de Gregal, en el Port Olímpic de Barcelona. En la agresión, que ha tenido lugar hacia las tres de la madrugada, también ha resultado herido otro hombre, por arma blanca, que está hospitalizado.

El crimen de esta madrugada se suma al del pasado 28 de julio, cuando un hombre murió después de una pelea en plena calle en el Port Olímpic de Barcelona, en la calle Marina.

Incremento de la presencia policial

Ante estos acontecimientos, el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, informó a principios del mes de agosto que la ciudad reforzaría la vigilancia en el Port Olímpic y el frente marítimo con un incremento de la presencia policial y con la instalación de cámaras de videovigilancia para recuperar un "ocio pacífico, tranquilo y de calidad", sin que se cronifique su actual "desbordamiento".

A pesar de este incremento de la vigilancia, el Port Olímpic sigue siendo un punto negro de la inseguridad en la capital catalana.

Cierre provisional de locales

Esta medida que anunció Batlle no es la única que el consistorio se ha planteado para lavar la cara del Port Olímpic: el pasado mes de mayo el ayuntamiento inició los expedientes sancionadores de cierre provisional de tres locales de ocio nocturno del Front Marítim. 

El expediente afectaba a Carpe Diem, Shoko y Pachá, y contemplaba el cierre de los locales entre 15 días y 6 meses. Cuando se anunció la medida se dijo que se enmarcaba en una campaña de inspecciones para garantizar unas correctas medidas de protección en discotecas y bares musicales. El Ayuntamiento detectó incumplimientos en materia de seguridad.

Automáticamente la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon) reaccionó a los posibles cierres temporales asegurando que "las discotecas y bares no son los culpables de la inseguridad de Barcelona, sino que son víctimas".

"¿Alguien cree que la solución pasa por cerrar los locales? ¿No se dan cuenta de que el problema no existe en el interior de los locales, sino que está en la vía pública?", subrayó Fernando Martínez, secretario general de Fecalon, en una carta abierta que dirigió a ciudadanos, visitantes y también políticos después de que el Ayuntamiento iniciara el expediente de cierre.

A estas alturas todavía no se ha cerrado ningún local, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, insiste en que el problema de seguridad en Barcelona "es competencia de la Generalitat de Catalunya". Es más, este lunes, en una entrevista a Els Matins de TV3, la alcaldesa acusaba al conseller de Interior, Miquel Buch, de tener una actitud de "dejadez intencionada" hacia Barcelona.