Este mediodía el local de la heladería Helados Dellaostia ha aparecido vandalizado con pintadas y adhesivos contra la situación de catalanofobia que denunció el pasado domingo el concejal de Esquerra Republicana en el distrito de Gràcia, Guillem Roma, a través de las redes sociales y que vivió su mujer. A través de la red social X, antes Twitter, la cuenta @naidelcarrer ha publicado dos fotografías en las que se puede observar a un grupo de personas delante del local de la heladería con la persiana pintada con diferentes frases y multitud de etiquetas enganchadas en las dos fachadas del local, que hace esquina entre las calles del Torrent de la Olla y de Vallfogona. Las acciones se producen dos días después de que se denunciara una situación de catalanofobia vivida en el local, en el que, según relataba Guillem Roma, un trabajador "increpó con ganas de provocar" a su mujer y le dijo que era "una maleducada" por hablar en catalán porque "estábamos en el Reino de España". Roma añadió que abrieron inmediatamente una reclamación en el local e instó a sus seguidores a comprobar que otros clientes se habían quejado por esta cuestión a través de varias reseñas de Google.

La heladería denunciada ha aparecido este mediodía con una serie de pintadas con un mensaje muy claro: "Fascistas de mierda" y "putos fachas". Además, multitud de etiquetas cubren la parte de delante y los carteles del local con mensajes como "este local no respeta el catalán", "tourism kills the city", "en catalán, la lengua propia de Catalunya" o "Gràcia contra la gentrificación". El acto ha sido aplaudido por algunos sectores y denunciado por otros, como el concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, que ha dicho en las redes sociales que "ninguna causa, ninguna, justifica la violencia".

Esta situación de catalanofobia no es la primera que se vive en esta heladería, que acumulaba varias denuncias en sus reseñas de Google en este mismo sentido. Por otra parte, el incidente de este fin de semana se suma a una larga lista de denuncias por catalanofobia en locales comerciales o en otros lugares en los que el personal se niega a atender a sus clientes catalanohablantes en su lengua.