Es un problema que arrastra Catalunya desde hace años y no parece que tenga que haber una solución a corto plazo. Las listas de espera interminables para los catalanes que se quieren sacar el carnet de conducir, después de haber aprobado el examen teórico y que tienen que esperar meses para poder empezar las prácticas y examinarse, son un hecho y ahora el Gobierno lo quiere intentar resolver. Y lo ha hecho pidiendo el traspaso de las competencias de los examinadores de conducir al gobierno del Estado, para resolver el problema de la falta de examinadores que se prestan desde Madrid y que provoca que para un catalán, sacarse el carné sea una carrera de obstáculos. Concretamente, ha estado el departamento de Interior el encargado de enviar un informe en que se detallan las dificultades que hay en Catalunya para poder examinarse, algo que se resolvería con más examinadores.

Ahora mismo, la situación es muy grave porque la lista de espera de los alumnos de la autoescuela que no se han podido examinar es de más de 65.000 personas, según revelan desde el Govern de la Generalitat. A este hecho se le tiene que añadir que, a raíz de una centralización a las grandes ciudades (Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona), hecho que ha provocado que los alumnos de las comarcas se tengan que desplazar hasta las capitales para poder hacer los exámenes teóricos y también prácticos, hecho que lo complica todavía más todo. Era habitual que fuera al revés, y personas de las grandes ciudades donde hay más tráfico y, por lo tanto, conducir es más difícil, se desplazaran hasta pueblos próximos o segundas residencias para examinarse allí, donde era, según su opinión, más sencillo el examen y, además, se ahorraban la lista de espera. Ahora, esta es prácticamente ineludible. Con todo, según detalló Ser Catalunya, de estos 65.000 alumnos en lista de espera al conjunto del país, la inmensa mayoría son en la demarcación de Barcelona, donde se acumulan hasta 47.000, que representa un 72,3% del total.

Un traspaso para volver a poner en marcha los centros comarcales

Tal como recuerda la Generalitat, el año 2015, ya hace 7 años, la Dirección General de Tráfico (DGT), se comprometió a incrementar las plantillas de personal examinador, que se tenía que repartir entre todos los centros del Estado, para poder atender el exceso de demanda. Sin embargo, tal como se puede ver reflejado a los datos, este compromiso no se ha llegado a cumplir nunca. Así, desde hace años, los catalanes tienen que esperar hasta cinco meses solo para poder examinarse, hecho que, consideran desde el Govern "el derecho a la movilidad de los catalanes y las catalanas y limita, entre otros, las oportunidades laborales de la población de Catalunya". Tal como ha destacado la portavoz, "siendo conscientes que este traspaso no se hará con carácter urgente, el Gobierno ofrece a la DGT un acuerdo de colaboración entre administraciones, mediante un convenio con el Servicio Catalán de Tráfico, para poder reforzar la cifra de examinadores en Catalunya". Según Plaja, el objetivo es reducir la lista de espera y volver a poner en marcha todos los centros comarcales.

Desde la DGT intentan poner parches a esta situación insostenible de manera totalmente insuficiente. A finales de setmebre, y delante de un avalancha de quejas desde el país, pero también de todo el Estado, por las listas de espera a las cuales se tienen que enfrentar los futuros conductores, decidieron aumentar la cifra de examinadores. El problema es que, si en toda España hay más de 300.000 personas esperando su turno, la DGT solo añadió a 50 nuevos examinadores interinos, de los cuales solo 10 han llegado a Catalunya.