La Generalitat no tiene previsto reducir a corto plazo el caudal de emergencia del Ter a 600 litros por segundo (l/s) después de las lluvias y las nevadas de los últimos días. De hecho, desde el mes de febrero, cuando el Govern decretó la emergencia por la sequía, nunca se ha llegado este tope porque el agua que se desembalsa se ha ido reduciendo escalonadamente y actualmente se liberan 1.000 l/s. Con la entrada en fase de emergencia del sistema Ter-Llobregat a raíz de la sequía, la Generalitat acordó reducir el caudal del río a los 600 l/s. Una medida que generó polémica y provocó las críticas de los ecologistas y que se tradujeron el pasado sábado en una manifestación en Girona para reclamar que se mantuviera el caudal ecológico. De momento, sin embargo, no se ha llegado hasta este límite porque la disminución no fue de golpe, sino que se acordó hacerla de manera escalonada. En una primera fase, el caudal del Ter se redujo a 1.400 l/s. Más adelante, pasó a ser de 1.000 l/s y, a partir de aquí, no se ha ido más allá ni tampoco está previsto hacerlo a corto plazo.
En paralelo, la Agencia Catalana del Agua (ACA) ya ha llevado a cabo 40 avenidas puntuales —hidropuntes— entre el Ter y la Muga. Estas operaciones se hacen dos veces por semana durante seis horas. La secretaria de Acción Climática, Anna Barnadas, subraya que se han intensificado los controles en los puntos donde los ríos sufren más para evitar "daños irreversibles" al ecosistema.
Ligera mejora
La secretaria de Acció Climàtica, Anna Barnadas, ha explicado que descartan reducir el caudal del Ter porque los embalses han mejorado ligeramente las reservas. Actualmente, el de Susqueda está en el 21% y el de Sau, al 7,36%. "Además del agua, de la lluvia, los pantanos también se alimentan del deshielo de la nieve; en los últimos días han ido recibiendo aportaciones de agua, y mientras eso, pase y mantengan una cierta estabilidad, no pasaremos en el próximo grado", ha afirmado.
Con respecto al Alt Empordà, en el caso de la Muga —la cuenca ya está en emergencia 2— la situación también es paralela. De los tres peldaños en que se fijó su caudal de emergencia (pasando de los 100 a los 40 l/s) de momento se está en la segunda fase. Aquí, en concreto, se liberan 70 l/s desde el pantano de Boadella, que se encuentra actualmente al 11,8% de su capacidad.
Hidropuntes controladas
El Govern detalló que mientras se alargue la emergencia y con el objetivo de garantizar las condiciones ecológicas de los ríos Ter, Llobregat y Muga, durante dos golpes por semana se harían avenidas puntuales. En concreto, se llevan a cabo durante seis horas, entre las tres de la tarde y las nueve de la noche. En el caso del Ter, desde la presa del Pasteral se liberan 3.000 litros por segundo. En el de la Muga, 300 l/s. Y con respecto al Llobregat, como los incrementos de caudal se tienen que dar en el punto más bajo del río, estas aportaciones puntuales se hacen mediante agua regenerada proveniente de la depuradora.
Precisamente, este martes se está haciendo una de estas hidropuntes en el Ter. Y desde principios de febrero, entre este río y la Muga ya se han hecho una cuarentena de estas operaciones. En el Ter, la ACA ya ha aplicado catorce crecidas, y se han producido dos naturales. A la Muga, a su vez, se han llevado a término diecisiete (aparte de dos más que se han dado de manera natural). La secretaria de Acció Climàtica, Anna Barnadas, ha explicado que triplicar el caudal en el caso del Ter ayuda a prevenir "daños irreversibles" al ecosistema, y a evitar que el agua pueda quedar encharcada en aquellos puntos río abajo donde pasa menos. "Eso permite mantener la calidad de los espacios naturales", ha precisado Barnadas.
Aumento del control
A raíz de la emergencia por sequía, la ACA también ha intensificado los muestreos en las cuencas internas para analizar los indicadores biológicos. El contrato se ha adjudicado hace poco por 138.000 euros. En total, por todos los diferentes cursos fluviales, esta red de seguimiento está formada por 27 puntos. Está aquí donde se toman muestras adicionales de parámetros fisicoquímicos y de los principales indicadores biológicos (como algunas diatomeas, macroinvertebrados acuáticos y peces).
"Aunque sabemos que los caudales de emergencia no son los óptimos para los ecosistemas, esta red de control nos permite asegurar que no haremos un daño irreversible", ha subrayado a la secretaria de Acció Climàtica. "Sabemos que nuestros ecosistemas sufrirán, pero aquello que no nos podemos permitir es que haya un punto de no retorno; por eso, haber intensificado la vigilancia nos permite controlarlo de manera quirúrgica y liberar más agua cuando es necesario", ha afirmado Anna Barnadas. Por último, la secretaria de Acción Climática también ha adelantado que, mientras dure la emergencia por sequía, si está "la oportunidad de generar más hidropuntes" en el Ter y en la Muga, eso se hará. "Como hacemos el seguimiento continuo del estado de los embalses y la situación en que se encuentra el agua río abajo, si hay esta oportunidad lo haremos", ha concluido.