La nueva creación del famoso arquitecto Santiago Calatrava, la estación de metro de Nueva York bautizada con el nombre de Oculus, empieza a hacer aguas debido a un techo que no ha impedido que una tormenta mojara el suelo de la infraestructura.

Construida en el World Trade Center, la estación costó 4.000 millones de dólares, una cifra que "no ha sido suficiente para tener un buen techo", ironiza el diario norteamericano New York Daily News.

El mismo medio explica que en el techo hay grietas por las que se filtra el agua, con lo que el suelo de la estación ha quedado bien mojado y los servicios de limpieza han tenido que intervenir para evitar resbalones entre los pasajeros. También se destaca que todo el mundo ha tenido que abandonar la estación para evitar mojarse.

Fuentes de la autoridad portuaria aseguran al mismo diario que las filtraciones son debidas a que la construcción todavía no está terminada, por lo que no ha podido impedir que el agua se filtrara tras una abundante lluvia sobre la estructura. Según informan, ya han podido identificar las zonas exactas por donde se habría filtrado el agua.

Por su parte, la agencia de comunicación del arquitecto asegura que las goteras son debidas a las obras que se están realizando en el mismo World Trade Center.

Otras 'obras maestras'

La de Nueva York no es la única obra de Calatrava que sufre problemas. El arquitecto tiene un historial de construcciones que, poco después de acabar las obras, padecen problemas. La última, hace dos meses, en Santa Cruz de Tenerife: en el auditorio Adán Martín se desprendió el quebradizo debido a las humedades. El Palacio de las Artes de València sufrió el mismo problema.

En Venecia construyó el puente de la Constitución y un informe va declara el año 2009 que la infraestructura no era segura. También se investigaron sobrecostes.