La relación entre humanos y perros es milenaria. Han sido guardianes, compañeros y protectores. Sin embargo, algunas razas destacan por su fuerza, instinto territorial y temperamento. Por eso, en muchos países se las considera “perros potencialmente peligrosos”. El motivo no es otro que su capacidad para causar graves daños si no son educados correctamente.
El Mastiff inglés abre la lista de los 10 más peligrosos que figura en este vídeo del canal DRAKOTAKO CHANNEL de YouTube. Es un gigante imponente, tranquilo con los niños, pero desconfiado con extraños. Si no recibe disciplina y socialización desde cachorro, puede tornarse agresivo incluso con su dueño. Su tamaño y potencia lo convierten en un perro que exige un propietario responsable.

No son considerados “peligrosos” en todos los países
El Doberman es elegante y enérgico. Inteligente, leal y muy dependiente de su familia. Cuando está bien educado, es un excelente guardián. Pero si carece de límites firmes, puede ser inestable y peligroso. Necesita afecto, firmeza y paciencia. En malas manos, se convierte en un perro difícil de controlar.
Con un carácter más reservado aparece el Akita Inu. Silencioso, protector y fiel. Suele ser pacífico, pero si se siente retado puede mostrar una ferocidad inesperada. Su instinto protector hacia la familia es muy fuerte. No ladra sin motivo, y cuando lo hace conviene escucharle. La socialización temprana es clave para evitar conductas dominantes.

Más exótico es el Tosa Inu, originario de Japón. Criado como perro de pelea, combina la genética de varias razas gigantes como el Gran Danés o el San Bernardo. Hoy conserva su porte imponente y su fortaleza. Mal adiestrado puede ser un arma de cuatro patas. Bien educado, un leal compañero.
El Fila Brasileño es famoso en su país por un dicho popular: “fiel como un Fila”. Extremadamente protector, desconfía de los extraños y actúa con rapidez. Su lealtad es absoluta, pero su potencia lo hace peligroso sin un dueño experimentado. No es un perro para cualquiera.
El Dogo Argentino fue creado para la caza mayor. Fuerte, musculoso e insensible al dolor. Puede enfrentarse a animales más grandes y vencerlos. En casa suele ser tranquilo, pero si no se le educa desde cachorro, su agresividad natural puede salir a la luz.
El Rottweiler es seguro de sí mismo. Inteligente y trabajador, es un guardián nato. Sin embargo, su enorme fuerza y su instinto protector lo convierten en un riesgo si crece en un entorno de negligencia o maltrato. Con un buen guía es noble, con un mal dueño es una amenaza.
El tamaño no lo es todo
En los primeros puestos están los terriers de combate. El American Staffordshire Terrier y el Staffordshire Bull Terrier son sociables y cariñosos con su familia, incluso con niños. Pero no rechazan un desafío. Si sienten peligro, responden con violencia. Su carácter fuerte requiere adiestramiento constante.
En el número uno aparece el Pitbull Terrier. Valiente, potente y temido. Con un temperamento inestable, necesita una mano firme y segura desde pequeño. En un entorno responsable puede ser un gran perro. En malas manos, puede convertirse en un peligro mortal.
Otros perros como el Presa Canario, el Mastín Napolitano o el Dogo de Burdeos también suelen entrar en estas listas. Al final, todo depende de la educación, el entorno y la responsabilidad del dueño. Un perro fuerte y mal gestionado es un riesgo. Uno bien cuidado, un compañero fiel.