Los embalses de las cuencas internas siguen descendiendo. Esta semana han bajado más de medio punto y podrían situarse por debajo del 27% antes de que acabe. Hay que señalar que el año pasado, que fue un año considerado seco, estaban al 52% por estas mismas fechas, y según la media de los últimos diez años deberían estar al 75%. La situación es preocupante. Ante esta situación, algunos de los principales expertos en la gestión del ciclo integral del agua, lamentan que la Agencia Catalana del Agua (ACA) siga aguardando reuniones de gobierno y mesas presidenciales en lugar de emprender ya las acciones señaladas por los informes técnicos, algunos desde dentro de la propia ACA, para eludir los peores escenarios descritos por los grupos de investigación que analizan la evolución de la crisis climática, como la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua.

Según esta entidad, la crisis del agua, el calentamiento global y la crisis de la biodiversidad se refuerzan mutuamente. Si no se actúa para transformar la economía y la gobernanza del agua, el mundo deberá enfrentarse a una situación de escasez sin precedentes que afectará a países desarrollados, donde el acceso al agua potable parecía un bien consolidado. Esta es una de las principales conclusiones del estudio Invertir la tendencia: un llamamiento a la acción colectiva, que publicará la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua el 17 de marzo, días antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023, que se celebrará del 22 al 24 de marzo en Nueva York. Se trata del primer informe de dicha comisión tras su creación en mayo de 2022. En este documento se alerta de una creciente crisis mundial del agua y se exponen las medidas que pueden y deben tomarse urgentemente y colectivamente para detenerla.

Un cambio en la gestión del agua

La Comisión Mundial sobre la Economía del Agua es un organismo auspiciado por la OCDE cuyo principal propósito es impulsar un cambio en la forma en que las sociedades gobiernan, utilizan y valoran el agua ante la nueva realidad climática que está provocando su escasez.

Entre las principales recomendaciones de este estudio, destaca la de actuar colectivamente para estabilizar el ciclo global del agua en tiempos de escasez. Para ello hace un llamamiento específicamente dirigido a las administraciones locales a “aplicar una política del agua basada en la innovación para catalizar soluciones inmediatas a problemas concretos mediante un aumento de las inversiones en agua a través de nuevas modalidades de colaboración público-privada”.

La importancia de un modelo colaborativo

También anima a desarrollar la economía circular urbana del agua, reducir la huella hídrica en la industria manufacturera, cambiar los actuales sistemas de regadío por otros mucho más eficientes basados en el riego de precisión y los métodos de cultivo por otros que consuman menos agua y empleen variedades más resistentes a las sequías.

Por último, señala que la gobernanza multilateral del agua, que actualmente está fragmentada, debe remodelarse para avanzar hacia un modelo mucho más colaborativo. En este sentido, cabe recordar que, en un reciente comunicado, los responsables de la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua ya hacían un llamamiento “a movilizar a los sectores público y privado a entornos de ambiciones compartidas para abrir senderos a la innovación y a la inversión a fin de garantizar el acceso universal al agua potable y de saneamiento, la provisión suficiente a los sistemas alimentarios e industriales y el mantenimiento de los entornos naturales y la biodiversidad que acogen”.